Alejandro Soto: Casa del presidente del Congreso no cuenta con licencia de construcción
El presidente del Congreso, Alejandro Soto, levantó una casa cuyo tamaño atenta contra la ley por estar dentro del área monumental del distrito de Yucay en el Cusco
A una hora del Cusco, en el Valle Sagrado de los Incas encontramos una historia muy incómoda para el presidente del Congreso, Alejandro Soto.
En medio de este distrito llamado Yucay en la provincia de Urubamba, muy cerca de áreas arqueológicas protegidas por el ministerio de Cultura, se erige una enorme edificación que no respeta los parámetros urbanísticos que manda la ley.
El dueño de esta imponente vivienda de 484 m2, 4 pisos y una azotea semi techada es el cusqueño Soto Reyes. Cuentan que esta casa se convirtió en su lugar favorito, en su refugio, durante sus viajes a la ciudad imperial.
El inmueble, ubicado en calle Garcilaso MZ M2 Lote 10, posee un jardín frontal cuyas plantas y flores parecen estar muy bien cuidadas semana tras semana. Actualmente la vivienda luce vacía, pero en verdad un lugareño que porta las llaves se encarga de cuidarla y ese martes 15 de agosto ingresó y dejó la puerta abierta.
Desde la calle se observa que el lado derecho del primer piso está completamente amoblado al gusto de su dueño. La peculiar construcción parece tener dos torres divididas por una escalera y en cada torre, cuatro departamentos con una privilegiada vista al valle sagrado de los Incas. Sin embargo, aquí, dos de los cuatro pisos fueron construidos fuera de la ley.
Un documento oficial de la dirección desconcentrada de cultura en Cusco confirma que la vivienda de Soto está fuera de la zona arqueológica, pero dentro de la zona monumental. Es decir, en un lugar rodeado de restos arqueológicos donde solo se permiten predios de dos pisos de altura.
Leocadio Madera, ex alcalde de Yucay en el periodo 2019 -2022, contó a Cuarto Poder que Alejandro Soto Reyes intentó “regularizar” y pagar arbitrios por un inmueble, ubicado en la zona monumental de Yucay, que no contaba con licencia de construcción.
Esta semana, en una conferencia de prensa el presidente del Congreso Alejandro Soto contó su propia versión de los hechos.
En su estrategia por evadir el fondo de la denuncia, utilizó una conversación ajena para distorsionar la versión del exalcalde de Yucay y hacer creer a todos que no había cometido ninguna irregularidad.
Cuarto Poder al tanto de la historia advirtió que Soto estaba diciendo medias verdades y que en el fondo no contaba con licencia de construcción puesto que la obra era irregular.
Pero ante nuestra insistencia, y con bastante incomodidad, Soto aceptó que ni siquiera sabe si su casa tiene licencia de construcción.
Desde Pisac hasta Ollantaytambo, en todo el valle sagrado de los incas las construcciones están restringidas. En el caso de Soto, aunque lo niegue tres veces como judas, el tamaño de su vivienda atenta contra la ley. Pero parece que su antojo de hacer las cosas a su manera es parte de su sello personal.
El verdadero pecado de Soto parece ser no decir la verdad.