Asociación de Bodegueros del Perú exige mayor apoyo legal
Andrés Choy, presidente de la Asociación de Bodegueros del Perú, expresó su preocupación por el incremento de la delincuencia, la extorsión y la falta de apoyo legal que afecta a las bodegas en Perú.
Según un estudio reciente de Videnza, las pérdidas diarias en los últimos 24 meses superan los 450 mil soles, y el 12% de las bodegas han cerrado debido a la inseguridad.
Choy comentó que, desde el 2021, los bodegueros han denunciado extorsiones constantes. Muchos han cerrado sus negocios porque no pueden seguir operando bajo amenazas.
"La mayoría no tiene grandes capitales, y perder el negocio significa perder el esfuerzo de toda una vida", comentó Choy.
Medidas de seguridad
Ante la falta de protección por parte de las autoridades, los bodegueros han optado por medidas como la atención a través de rejas para evitar asaltos y extorsiones. Sin embargo, esto no ha sido suficiente, ya que los robos han aumentado en frecuencia y violencia.
Si bien la Asociación de Bodegueros ha registrado casos de heridos por ataques delictivos, también hay bodegueros que han perdido la vida, como un comerciante en Lurín que fue asesinado hace dos meses por resistirse a un asalto.
Falta de coordinación entre instituciones
Choy criticó la falta de acción del Estado, señalando que la Policía detiene a los delincuentes, pero la Fiscalía los libera y el Poder Judicial no actúa si no hay un juicio. Pidió mayor coordinación entre el Congreso y otras instituciones para endurecer las leyes contra la delincuencia.
Los bodegueros enfrentan barreras legales para denunciar, pues muchas veces se les informa que sus casos han prescrito en pocos meses. Choy solicitó al Ministerio de Justicia apoyo legal para las víctimas de la delincuencia, ya que actualmente los delincuentes cuentan con más respaldo que los afectados.
Pago de cupos y zonas más afectadas
La extorsión varía según la zona y el tamaño del negocio. Según Choy, los delincuentes controlan cuadras enteras y cobran a todos los negocios dentro de su territorio. Las zonas más afectadas son Lima Norte, Lima Este y el Callao, donde las amenazas han aumentado.
En conclusión, Choy enfatizó que ya no es rentable mantener una bodega, pues los costos han aumentado y muchos comerciantes terminan pagando cupos a delincuentes para poder seguir operando.