Caparrós: Penal Ancón I fue diseñado para régimen de alta contención
El Gobierno ha activado el régimen carcelario A1 en el penal de Ancón I, trasladando a 45 internos de alta peligrosidad a un sistema más estricto de encierro y visitas restringidas.
La medida, considerada el primer intento efectivo de contención carcelaria en años, fue calificada como positiva por el exjefe del INPE, Leonardo Caparrós, quien resaltó que el penal fue diseñado para este fin.
Caparrós explicó que el régimen A1 es una versión más rigurosa del régimen cerrado especial ya contemplado en la normativa penitenciaria, pero que no se aplicaba adecuadamente.
Esta nueva implementación incluye más horas de encierro, mayores restricciones de visita y control de comunicaciones. El penal Ancón I tiene capacidad para 900 internos, por lo que se considera que esta es solo una primera etapa.
Ancón I: infraestructura adecuada para régimen de alta contención
Según Caparrós, el uso de Ancón I representa un avance técnico. El penal, construido específicamente para contener a los reos más peligrosos del país, nunca había sido utilizado con ese propósito de forma integral.
La aplicación del régimen A1 en este recinto, señaló, “es la primera buena noticia en mucho tiempo” respecto al uso adecuado de instalaciones carcelarias.
Una de las innovaciones en este régimen es el llamado “apagón eléctrico”, que bloquea el acceso a tomacorrientes en celdas, dificultando el uso de teléfonos celulares. Caparrós aseguró que esta medida es técnicamente viable, ya que se puede separar la alimentación eléctrica entre luminarias y enchufes sin comprometer otros servicios.
Corrupción interna impide control en otros penales
Consultado sobre la persistencia de llamadas extorsivas desde otros penales, incluso de máxima seguridad como Challapalca o La Libertad, Caparrós fue enfático: “La única explicación es la corrupción”.
Sostuvo que sin complicidad interna sería imposible que salieran comunicaciones desde establecimientos supuestamente cerrados y vigilados.
Esta situación, afirmó, pone en duda el real alcance del control penitenciario a nivel nacional, y exige medidas estructurales que vayan más allá del traslado de algunos internos.
Tercerización de controles y protección a agentes penitenciarios
Como solución de fondo, el exjefe del INPE propuso tercerizar el control de puertas e implementar auditorías cruzadas con participación de entes privados. Esta doble supervisión permitiría reducir los niveles de corrupción interna y brindar mayor transparencia al proceso penitenciario.
Caparrós también advirtió sobre los riesgos que enfrentan los agentes penitenciarios que no aceptan sobornos. Afirmó que deben establecerse mecanismos para proteger a estos trabajadores de amenazas externas, así como mejorar sus condiciones salariales, que no corresponden al riesgo que enfrentan.
Medida puntual pero con impacto positivo
Aunque el régimen A1 se aplica inicialmente solo a 45 internos, Caparrós considera que representa un primer paso en el control penitenciario. Dijo que el reto será extenderlo a toda la población de Ancón I bajo el régimen cerrado especial, para el cual fue diseñado.
En cuanto a la presencia del presidente en el operativo, consideró que, aunque tiene un componente mediático, también transmite un mensaje de control y liderazgo en un tema donde la población ha sentido ausencia del Estado.
"Sin duda es un show mediático de una persona que no se siente validada que ha llegdo a la presidencia por azar prácticamente.Además, es joven y está pensndo en una carrera política Está tratando de validar su presencia sostenerla en el tiempo", expresó.
Finalmente, descartó que medidas como el toque de queda tengan impacto real contra el crimen. Reiteró que las intervenciones focalizadas, como la actual en Ancón I, sí pueden tener resultados concretos si se sostienen en el tiempo y se aplican con criterios técnicos.