CODIP destaca impacto de Ley de Vivienda de Interés Social
José Espantoso, presidente de la CODIP, afirma que la Ley de Vivienda de Interés Social impulsará la vivienda formal para los sectores más pobres
La reciente publicación de la Ley de Vivienda de Interés Social en el diario oficial El Peruano marca un nuevo capítulo en el esfuerzo por reducir el déficit habitacional en el país.
En diálogo con Canal N, José Espantoso, presidente del Consejo Directivo de la Cámara Peruana de Desarrollo Inmobiliario (CODIP), señaló que la norma busca promover el acceso a una vivienda digna y segura para los sectores más vulnerables.
Espantoso destacó que el déficit actual supera las 1.9 millones de familias. De estas, 1.3 millones enfrentan un déficit cualitativo —viviendas inadecuadas o precarias— y 600 mil un déficit cuantitativo, es decir, carecen totalmente de una vivienda.
Para él, el reto de fondo es evitar que las familias pobres sigan recurriendo al tráfico de terrenos y a la informalidad.
Cambios clave: metraje mínimo y programas de acceso
Uno de los aspectos más destacados de la nueva ley es el incremento del metraje mínimo para viviendas subsidiadas.
En el programa Techo Propio (modalidad adquisición de vivienda nueva), se ha elevado el área mínima de 26 a 35 metros cuadrados, con dos dormitorios como estándar. Para viviendas multifamiliares, el metraje mínimo es de 40 metros cuadrados.
La ley también reconoce los programas existentes como Techo Propio y Fondo MiVivienda, que se basan en el modelo ABC: Ahorro, Bono (subsidio) y Crédito.
Espantoso recordó que, pese a los cuestionamientos sobre precios y ubicación, el subsidio estatal está destinado exclusivamente a las familias, no a las inmobiliarias.
Críticas y desafíos: ubicación y acceso real
Algunas voces críticas señalan que las viviendas podrían construirse en zonas periféricas sin servicios básicos, alejadas de escuelas y centros de salud. Espantoso aclaró que las municipalidades provinciales, no el Ministerio de Vivienda, son las encargadas de determinar las zonas donde se podrá construir bajo este régimen.
A su vez, explicó que los programas también contemplan viviendas dentro del radio urbano, accesibles para quienes deseen vivir más cerca del centro.
Respecto al acceso, uno de los grandes desafíos sigue siendo el crédito. Solo el 3% de quienes acceden a Techo Propio lo hacen mediante un crédito hipotecario.
Por ello, la CODIP propone un fondo de garantía estatal para facilitar el financiamiento, especialmente considerando que el 80% de la población laboral es informal.
Producción y planificación: el rol de las municipalidades
Espantoso subrayó que el país produce solo 40 mil viviendas formales al año, frente a una demanda anual de 140 mil. Para cerrar el déficit de 600 mil viviendas en una década, se requeriría construir hasta 200 mil unidades por año.
Lograr esto, dijo, exige planificación urbana efectiva, habilitaciones completas y una ley de financiamiento habitacional que asegure la sostenibilidad del subsidio.
Las municipalidades provinciales, agregó, son claves en esta tarea: deben tener planeamientos de desarrollo urbano actualizados y definir las zonas habilitadas para viviendas sociales. Hoy, solo el 12% de ellas lo ha hecho.
El éxito de esta ley, enfatizó Espantoso, dependerá de la articulación entre el Ejecutivo, los gobiernos locales y el sector privado.