Exdirector del JNE: omitir pacto ético afecta imagen política
Fernando Rodríguez sostuvo que no firmar el pacto ético electoral puede afectar la credibilidad pública de los partidos ante los electores
El exdirector del Registro de Organizaciones Políticas del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), Fernando Rodríguez, advirtió que la negativa de algunos partidos políticos a suscribir el pacto ético electoral podría deteriorar su imagen ante la ciudadanía. Según explicó, esta omisión proyecta una actitud de rechazo a las reglas básicas de convivencia democrática.
En diálogo con Canal N, Rodríguez indicó que, si bien la firma del pacto no es obligatoria, su valor simbólico y su efecto público son determinantes. “Yo dudaría en otorgarle mi voto a una persona o partido que no ha sido capaz de adoptar acuerdos mínimos con sus competidores”, afirmó. Agregó que la ausencia de ese compromiso podría interpretarse como una predisposición a no respetar las reglas del juego durante la campaña electoral.
El pacto como compromiso moral ante los electores
Rodríguez recordó que el pacto ético electoral fue creado por el JNE en 2006 como una herramienta voluntaria de autorregulación. Aunque no es legalmente vinculante, representa un compromiso de ética política que impacta en la evaluación ciudadana. “La ética no es una obligación legal, pero sí tiene consecuencias directas en la confianza del votante”, apuntó.
Señaló también que este compromiso cobra especial importancia en un contexto de desinformación y confrontación política. “Estamos hiperconectados, pero no siempre bien informados. Por eso, el voto informado ya no es una opción, sino una necesidad democrática”, añadió.
Fiscalización a través del Tribunal de Honor
El exfuncionario explicó que los partidos que suscriben el pacto se someten voluntariamente a las observaciones del Tribunal de Honor, una instancia ética que no impone sanciones legales, pero sí puede emitir llamados de atención públicos. Estas medidas buscan desalentar las campañas agresivas, la desinformación y la difamación entre candidatos.
Además, el Tribunal actúa como un árbitro simbólico que promueve buenas prácticas en redes sociales y exige coherencia entre el discurso y la conducta pública de los postulantes.
Adaptación del pacto a la era digital
Rodríguez también destacó que la versión actual del pacto incorpora compromisos frente a nuevas herramientas digitales, como la inteligencia artificial y las fake news. Esta actualización responde a la transformación de las campañas, ahora mayoritariamente virtuales.
“Es muy difícil fiscalizar las redes, por eso es clave que el pacto incluya ese componente”, dijo. Agregó que los partidos han consensuado compromisos éticos adaptados a la coyuntura digital y al uso responsable de plataformas virtuales.
Referente regional y debate sobre su institucionalización
El exdirector recordó que esta práctica fue replicada en países como Panamá, Colombia y Argentina. Sin embargo, consideró que convertir el pacto en un requisito legal obligatorio podría desnaturalizar su carácter voluntario. “La fuerza del pacto radica en el compromiso ético, no en una obligación jurídica”, sostuvo.
Concluyó que mantener el pacto como instrumento simbólico y extraer algunos de sus elementos hacia la legislación podría ser un camino intermedio viable para fortalecer su impacto.