Exministro: El Estado no enfrenta a las mafias de minería ilegal
La minería ilegal continúa expandiéndose de forma alarmante en las regiones de Huánuco y Ucayali, generando daños irreversibles al medio ambiente y consolidando el poder de mafias mineras con respaldo de sectores de la población. Así lo advirtió Carlos Herrera Descalzi, exministro de Energía y Minas, quien denunció la falta de presencia estatal y la complicidad de algunas comunidades con estas actividades ilícitas.
Durante la intervención de Cuarto Poder en zonas como Pangoa, se evidenció la magnitud de la destrucción: ríos contaminados, paisajes devastados y ausencia total de vegetación. Lo más preocupante, según Herrera Descalzi, es que algunas comunidades ahora defienden los intereses de los mineros ilegales por encima de la protección ambiental.
Falta de identificación de responsables
Uno de los principales cuestionamientos planteados por el exministro es la ausencia de acciones concretas contra los líderes de la minería ilegal. Las intervenciones del Estado, según denunció, se enfocan en destruir maquinaria, pero no identifican ni procesan a los verdaderos responsables.
También señaló que el Estado toma medidas contra las máquinas, pero no contra quienes dirigen esta actividad, y que nunca se publican los nombres ni se realiza un seguimiento a los cabecillas de estas mafias.
Complicidad entre comunidades y mineros ilegales
Herrera Descalzi reveló la existencia de acuerdos económicos entre dirigentes comunales y empresarios ilegales. Entre las pruebas mencionó una carta firmada por un líder nativo que solicitaba cinco mil soles a cambio de permitir actividades mineras ilegales en su territorio.
Estos pactos, calificados como lamentables, consolidan la minería ilegal en zonas donde el Estado ha perdido capacidad de control.
Estado sin capacidad ni recursos para enfrentar el problema
La debilidad institucional en estas regiones es evidente. En Ucayali, por ejemplo, Herrera Descalzi denunció que solo hay catorce fiscales ambientales y ninguno cuenta con un vehículo para realizar sus labores. Además, criticó la falta de voluntad política para enfrentar un problema que crece a pasos acelerados.
Enfatizó que el Estado no tiene ni la intención ni la capacidad para enfrentar a estas mafias, y subrayó la urgencia de contar con un plan de acción real que integre a los diferentes niveles del Gobierno.
Daño ambiental de largo plazo
El impacto ambiental de estas actividades se considera irrecuperable en el corto plazo. Ríos, suelos y ecosistemas enteros han sido transformados por el uso intensivo de mercurio y maquinaria pesada. La recuperación, según explicó el exministro, dependerá del trabajo de la naturaleza y tomará décadas.
Indicó que, cuando el daño es tan devastador, la naturaleza requiere mucho tiempo para sanar, por lo que pidió priorizar medidas de restauración ambiental.
Propuesta de explotación legal de recursos
Como alternativa a la inacción actual, Herrera Descalzi propuso que el Estado lidere la explotación legal y sostenible de los recursos naturales. De esta manera, los ingresos generados podrían servir para financiar la lucha contra las mafias ilegales y apoyar a las comunidades.
Sostuvo que la zona debe ser vista como una fuente de recursos para el país, pero bajo una lógica legal y responsable, lo que además permitiría restarle espacio al negocio ilegal.
Minería ilegal opera en zonas fronterizas sin control
El problema no se limita a Huánuco y Ucayali. Herrera Descalzi alertó sobre la presencia de mineros extranjeros en la frontera con Ecuador, quienes ingresan al país para explotar recursos sin ninguna fiscalización.
Minería ilegal supera en ingresos a la minería formal
Las cifras expuestas por el exministro son contundentes: mientras la minería formal genera alrededor de diez mil millones de dólares, la minería ilegal moviliza cerca de doce mil millones, lo que convierte a esta actividad ilícita en una de las más lucrativas del país.
Si se sumaran ambas actividades, el Perú estaría entre los principales productores de oro del mundo, pero gran parte de esas ganancias terminan fuera del sistema legal y sin beneficios para el Estado.
Precio del oro impulsa el negocio ilegal
Finalmente, Herrera Descalzi señaló que el alto valor del oro en el mercado internacional es uno de los principales motores del crecimiento de la minería ilegal. Esta situación alimenta el negocio ilícito, ya que ofrece retornos inmediatos sin control fiscal o ambiental.
Explicó que el precio del oro se ha convertido en una forma de proteger inversiones frente a la inestabilidad del dólar, y advirtió que, mientras esta tendencia se mantenga, será difícil revertir el fenómeno sin reformas profundas.