Una extrabajadora de banco denunció que tomaron sus códigos y claves para pedir un préstamo que asegura nunca pidió

Rommy Solís ha dedicado casi toda su vida laboral a un banco. El 2004, siendo tan solo una universitaria, empezó a trabajar como cajera de Scotiabank. Año a año fue superándose y logró ser seleccionada como una de las colaboradoras becadas para seguir postgrados pagados por el banco.

Una trabajadora ejemplar que conocía todos los puestos. 17 años sin faltas ni quejas.

Pero hace 3 años decidió dedicarle más tiempo a su familia que al trabajo que tanto amaba. Renunció, pero le costó mucho tomar esa decisión. Sin embargo, seguía siendo cliente de la empresa que por años le dio un trabajo, hasta que el 3 de noviembre de 2022 empezó a vivir la peor experiencia de su vida.

Ese día, al despertar, vio en su celular un mensaje: su cuenta se había bloqueado; pero al llamar al banco le dicen que horas antes -durante la madrugada- habían pedido un préstamo por la banca virtual de Scotiabank. Es decir, mientras dormía, transfirieron a otras cuentas un préstamo de 70 mil soles que dice nuca pidió.

En menos de 24 horas le pidieron un préstamo de 70 mil e inmediatamente los depositaron en dos cuentas diferentes. Al llamar al banco intenta advertir que nunca pidió ese préstamo. Pero eso no era lo más escandaloso; una de las cuentas que recibió el dinero, en apenas minutos ya había derivado el dinero en montos de mil soles por cada depósito.

Tenía la alerta del banco, logró congelar uno de los depósitos. Sabía que los números de cuenta que recibieron el dinero habían sido creados ese mismo día. Tenía todas las pruebas para demostrar que ella nunca pidió ningún préstamo ni transfirió el dinero a personas que no conoce. Por eso presentó el reclamo para que durante 40 días el banco pueda investigar; sin embargo, en menos de un día le dijeron una frase muy repetitiva: “no procede”.

Es decir, le devuelven la mitad de los 70 mil soles, pero dicen que no procede el reclamo porque según su departamento de tecnología, como muestran estas capturas de pantalla, el préstamo fue solicitado a través de su celular y por el aplicativo móvil, el cual solo se abre con su huella dactilar y reconocimiento facial.

Pero allí se entera de algo que desconocía: según los datos que aparecían en el banco, ella se había afiliado al sistema de biometría mediante un celular de marca iPhone, tal cual muestra la captura de pantalla. ¿Cuál era el problema? Que ella no tiene ese modelo de celular.