El Monstruo habló a la Policía peruana desde Paraguay
Un video muestra a Erick Moreno Hernández, alias “El Monstruo”, hablando desde Paraguay con agentes de la Policía Nacional del Perú. En la conversación, el cabecilla criminal reconoce que llegó a tener dinero guardado en su casa.
En el diálogo, los agentes lo señalan como el cabecilla que daba instrucciones y manejaba armamento dentro de su organización. También le recuerdan un episodio de 2021, cuando se le advirtió que no volviera a cometer secuestros tras un intercambio de rehenes. Sin embargo, se le imputa haber participado en los secuestros de la niña Valeria Vásquez y de Jackeline Salazar, junto a otros miembros de su banda.
INPE evalúa su reclusión en la Base Naval
El Instituto Nacional Penitenciario (INPE) informó que, una vez que alias El Monstruo sea entregado al Estado peruano, se elaborará un informe técnico para definir si su perfil de alta peligrosidad justifica su reclusión en la Base Naval del Callao, un centro reservado para reos considerados de “extrema seguridad”.
El presidente del INPE, Iván Paredes Yataco, indicó que esta decisión no será automática y requerirá coordinación con la Policía Nacional y el Poder Ejecutivo. El análisis evaluará si su permanencia en un penal ordinario representa un riesgo para la seguridad nacional.
Contexto de la captura en Paraguay
El delincuente fue arrestado el 24 de septiembre en San Lorenzo, Paraguay, en un operativo con 35 agentes que actuaron con total reserva para evitar filtraciones. Según el jefe de Investigación de la policía paraguaya, Hugo Grance, el detenido ofreció un millón de dólares a los agentes para evitar ser trasladado, pero su intento fue rechazado.
En la vivienda se encontraron tres celulares y documentos peruanos originales, mientras que una mujer que estaba con él fue interrogada y luego liberada por disposición del Ministerio Público.
Un criminal transnacional
El Ministerio del Interior recordó que Moreno Hernández lideraba la organización Los Injertos del Cono Norte y que permanecía prófugo desde 2022, evadiendo operativos en Brasil y Paraguay. Sobre él pesaba una recompensa de 286 mil dólares. Según fuentes policiales, en Paraguay llevaba un estilo de vida bajo perfil y recibía dinero en pequeñas sumas para no despertar sospechas.