Orquestas musicales son víctimas de extorsionadores y sicarios
Estos actos delictivos no solo enlutan al mundo de la cumbia, sino que también reflejan la inseguridad que impera en el país
La industria musical peruana enfrenta una creciente amenaza debido a la violencia y las extorsiones que han cobrado la vida de destacados artistas y afectado a reconocidas orquestas.
Estos actos delictivos no solo enlutan al mundo de la cumbia, sino que también reflejan la inseguridad que impera en el país.
Ataques recientes a orquestas peruanas
En noviembre de 2024, Thalía Manrique Castillo, integrante de la orquesta Hermanos Guerrero, fue víctima de un asalto mientras regresaba a Chiclayo tras una presentación en Bagua Grande.
El bus en el que viajaba fue interceptado por seis delincuentes que robaron celulares, instrumentos y más de cinco mil soles. Semanas después, el dueño de la agrupación, Walter Ángeles, denunció haber recibido mensajes extorsivos.
La orquesta Candela también ha sido blanco de extorsionadores. Giancarlo Yaipén, líder de la agrupación, reveló que le exigían 450 000 soles a cambio de no atentar contra ellos.
De manera similar, el Grupo 5 denunció que, pese a haber interpuesto una denuncia por extorsión, uno de sus locales fue atacado por delincuentes.
Extorsiones a artistas individuales
Las amenazas no se limitan a las orquestas. El cantante Toño Centella sufrió tres atentados: dispararon contra el bus de su grupo musical, atacaron su local y también su vivienda.
Asimismo, Chechito y los Cómplices de la Cumbia decidieron alejarse temporalmente de los escenarios tras recibir constantes amenazas de muerte.
Estos incidentes evidencian la creciente inseguridad que enfrenta el sector musical en Perú, donde artistas y agrupaciones se ven obligados a lidiar con amenazas que ponen en riesgo sus vidas y carreras.