PPK firmó carta de recomendación para empresario que creó offshore en Panamá
La investigación conocida como Panamá Papers, que pone en evidencia una red mundial de empresas offshore, creadas por diversos políticos, empresarios y hasta deportistas, involucra a algunos ciudadanos peruanos. Uno de ellos es el ex director del Banco Central de Reserva del Perú (BCR), Francisco Pardo Mesones, quien sería muy amigo del actual candidato presidencial Pedro Pablo Kuczynski (PPK).
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De acuerdo al trabajo periodístico realizado por Convoca.pe y Univisión Investiga, dentro de los más de 11 millones de archivos filtrados se encontró una carta firmada por PPK, con hoja membretada del gobierno peruano, con fecha 8 de junio de 2006. En su calidad de presidente del Consejo de Ministros, durante el gobierno de Alejandro Toledo, PPK escribió lo siguiente, recomendando a su amigo, Francisco Pardo Mesones.
“Por la presente, me es grato presentar al señor Francisco Pardo Mesones, quien es un viejo conocido mío, hombre honorable y conocido en el Perú. El señor Pardo Mesones ha sido Presidente del Banco Mercantil del Perú, de la Compañía de Seguros La Real, de la Asociación de Bancos y, además, Director del Banco Central de Reserva del Perú. Se extiende la presente para los fines que estime conveniente”.
La carta de PPK fue adjuntada en un correo electrónico, junto a otros documentos, el 14 de julio de 2006 por la representante de Mossack Fonseca en Perú, filial de una influyente firma legal instalada en la Panamá. Estos papeles habrían servido para que Francisco Pardo Mesones pudiera abrir las primeras cuentas bancarias en dicho país para constituir las compañías que le darían una fortuna.
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De acuerdo a los documentos a los que accedió el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés) y que pudo revisar por Convoca.pe, entre los años 2007 y 2014, Pardo Mesones contrató sumas millonarias con Venezuela y Cuba a través de una red de empresas creadas en Panamá y en las Islas Vírgenes Británicas (conocidos paraísos fiscales) para no ser identificado como su verdadero dueño. Estas transacciones permitieron ocultar que una empresa alemana, fabricante de documentos de identidad, consiguiera, a través de empresas estatales de Cuba, un contrato millonarios con el gobierno venezolano para la producción de pasaportes.