Pedro Gamio advirtió que sin un reestructurador internacional Petroperú no saldrá de su crisis actual
Gamio advirtió que dejar quebrar a la empresa estatal implicaría un riesgo jurídico para el Estado peruano. Planteó una fórmula basada en un fideicomiso para incorporar allí a un socio estratégico de primer nivel
A pesar del relanzamiento del proceso, Petroperú continúa sin contratar una firma especializada para liderar su transformación integral.
En diálogo con canal N, el exviceministro de Energía y Minas, Pedro Gamio, dijo que declarar desierta esta licitación no solo retrasa la recuperación de la empresa, sino que pone en riesgo su estabilidad y la del Estado peruano en el mercado financiero.
Gamio sostuvo que Petroperú permanece en una situación crítica y requiere con urgencia una reestructuración técnica profunda. Para ello, resulta indispensable contar con el acompañamiento de una firma internacional especializada, práctica común en el sector hidrocarburos.
Proceso fallido agrava incertidumbre sobre recuperación
Pedro Gamio explicó que cinco empresas participaron en el proceso convocado por Petroperú para contratar un reestructurador.
Cuatro fueron descartadas por no cumplir los requisitos mínimos y la única que los cumplía fue excluida por superar en 17% el monto referencial. El proceso fue declarado desierto.
El exviceministro advirtió que esto representa un “impasse” preocupante, ya que retrasa una reforma estructural necesaria.
Además, criticó que no se haya revelado públicamente el monto referencial de la licitación, como denunció también el exgerente de Finanzas Fernando de la Torre. Dijo que este hecho afecta la transparencia y seriedad del proceso.
Gamio advirtió que dejar quebrar a la empresa estatal implicaría un riesgo jurídico para el Estado peruano. En esa línea, señaló que el nuevo directorio de Petroperú deberá revisar esta omisión y asegurar una convocatoria seria y abierta, bajo estándares internacionales.
Transformación estructural implica redefinir el rol y tamaño de Petroperú
La transformación que se busca requiere un equipo internacional con experiencia en reestructurar empresas de hidrocarburos en crisis. Casos como Ecopetrol en Colombia o ENAP en Chile son referentes en este modelo de intervención técnica externa.
Según Gamio, este equipo definiría, entre otros puntos, qué activos mantener o desprender, cómo reducir la planilla sin vulnerar derechos laborales, y cómo reposicionar a la empresa en el mercado.
Afirmó que, para aplicar un programa de retiro eficiente, se requiere incluso una ley del Congreso que permita reubicar a personal excedente en otras entidades estatales.
Actualmente, la plantilla de Petroperú presenta un exceso de personal administrativo en contraste con su operatividad, lo que limita su competitividad, especialmente en un contexto donde la nueva refinería requiere menos personal por su digitalización.
La injerencia política, una de las causas centrales de la crisis
Gamio fue enfático en señalar que la crisis actual es consecuencia directa del manejo político de la empresa. Dijo que la gestión anterior, liderada por Humberto Campodónico y luego Alejandro Narváez, subestimó la gravedad de la situación e incurrió en declaraciones “inconsistentes con la realidad”.
Agregó que con la designación de un nuevo presidente se abre una posibilidad de cambio, pero advirtió que es necesario reforzar el directorio y que la Junta General de Accionistas actúe con mayor vigilancia.
También se refirió a casos recientes como la pérdida de un cliente minero por problemas con la calidad del diésel, o los altos pagos por sabotajes al Oleoducto Norperuano, como evidencias de una gestión aún deficiente.
Mencionó además que las unidades auxiliares de la refinería de Talara no están operando a capacidad, lo que impide alcanzar su máximo rendimiento económico.
Privatización parcial como posible solución sin liquidar la empresa
Sobre las opciones para el futuro de Petroperú, Gamio aclaró que la ley permite hasta un 49% de participación privada. Planteó una fórmula basada en un fideicomiso que permita separar la parte rentable —refinación y comercialización— e incorporar allí a un socio estratégico de primer nivel.
Explicó que un actor privado, incluso con un 5% de participación, podría establecer condiciones de gobernanza que impidan futuras injerencias políticas. Aclaró que esto no implicaría la venta total ni la desaparición de Petroperú, sino una modernización necesaria para volverla rentable.