Petroperú enfrenta nueva ola de incertidumbre
La renuncia de McDonald parece vinculada a la designación de Alejandro Narváez como presidente del directorio, una figura cuestionada por su historial y afiliaciones políticas
La situación en Petroperú sigue mostrando una compleja combinación de inestabilidad y cuestionamientos éticos y administrativos.
Tras la reciente conformación del directorio, se esperaba que la empresa estatal pudiera enfocarse en la reestructuración y toma de decisiones clave.
Sin embargo, la renuncia casi inmediata de Robert McDonald al directorio ha generado nuevas dudas sobre la solidez de esta gestión y sus perspectivas.
La renuncia de McDonald parece vinculada a la designación de Alejandro Narváez como presidente del directorio, una figura cuestionada por su historial y afiliaciones políticas.
Narváez, quien ya dirigió Petroperú en el pasado, arrastra señalamientos por una denuncia de hace décadas y críticas sobre su enfoque ideológico.
Algunos interpretan su designación como un movimiento con tintes políticos, priorizando recomendaciones internas sobre consideraciones de transparencia o confianza pública.
Golpe a la reestructuración
Este giro representa un golpe a la confianza en Petroperú en un momento delicado: la empresa se encuentra en un proceso de reestructuración, respaldada por más de mil millones de dólares del gobierno, tras las dificultades financieras y el intento de quiebra solicitado previamente.
La falta de explicaciones oficiales por parte de los ministerios de Economía y Energía y Minas solo profundiza la preocupación.
La salida de McDonald envía un mensaje de inestabilidad que podría dificultar la recuperación de la compañía, necesaria tanto para sus operaciones como para la percepción pública y de los inversionistas.