Habla exdirigente de campaña de la presidenta Dina Boluarte
Por su cercanía a la ahora jefa de Estado, el testimonio de Marcela Saldarriaga puede convertirse en el eslabón que la Fiscalía busca sobre los financiamientos no declarados durante la campaña 2021
Tajante, directa. Marcela Saldarriaga Ortiz conoce, como pocos, a Dina Boluarte. A partir de hoy, esta mujer puede convertirse en el eslabón que la fiscalía buscaba en las investigaciones contra la actual presidenta Boluarte y los financiamientos no declarados durante la campaña presidencial.
Codeada con la élite del partido, lideresa de confianza de Vladimir Cerrón, el testimonio de Saldarriaga es fundamental por el rol que en su momento tuvo. Y es que, en abril del 2021, ella recibió un encargo específico y estratégico: encumbrar a Boluarte durante la segunda vuelta presidencial como figura femenina frente a la rival Keiko Fujimori.
Este documento de “apersonamiento” es la prueba de que Saldarriaga se ha puesto a disposición de la fiscalía para ir a declarar todo lo que le tocó ver en Lima y provincias. Esta fiscalía investiga a Boluarte, Pedro Castillo y otros por el presunto “delito de Lavado de Activos y Organización Criminal” tras las denuncias de que Henry Shimabukuro y el empresario Edu Beltrán habrían financiado su campaña en casi un millón de soles, dinero que no fue declarado a la ONPE.
Por su cercanía a Boluarte, Marcela Saldarriaga bien puede convertirse en la vara que mida como verdaderas, falsas o engañosas todas las afirmaciones que hasta hoy se han vertido sobre este caso.
La verdad es que sí hubo una agenda y la verdad también es que Dina Boluarte no caminó sola, sino bien acompañada. Como punto de partida, Marcela Saldarriaga confirma a Cuarto Poder que sí hubo un cuaderno de control con las actividades de Boluarte y que dicho cuaderno fue manejado por Maritza Sánchez Sánchez fue la primera testigo en revelar las supuestas entregas de dinero bajo la mesa.
Lo que Marcela Saldarriaga tiene para contar deja en jaque a más de un personaje, entre ellos el empresario Eduvigis Beltrán, quien negó en vivo y en directo siquiera conocer a Boluarte.
Pero el encuentro quedó registrado en la agenda que manejaba Maritza Sánchez. Además, Marcela Saldarriaga recuerda a detalle la reunión que mantuvieron Beltrán y Boluarte.
Marcela Saldarriaga ratifica que el afán de Beltrán fue ofrecer un plan alimenticio para acabar con la anemia de los niños en un futuro gobierno de Perú Libre, donde su hijo, después, se convertiría en proveedor.
Aunque su versión coincide con la declaración dada por Maritza Sánchez en Cuarto Poder sobre la agenda y la reunión con Beltrán. Marcela sí niega haberle pedido a este comerciante 150 mil soles de apoyo.
Saldarriaga afronta una enfermedad que pone a prueba su carácter y temperamento. Su prioridad, nos ha dicho, es cerrarse en los hechos, sea que beneficie o afecte a amigos o a adversarios. Hace muy poco, en diciembre, fue operada y agradece a Boluarte haberla ido a visitar dos veces siendo ya presidenta del país, pero sostiene que la verdad es una y con ella piensa ir a declarar ante la fiscalía en los próximos días. Otro de los personajes sobre los que tiene mucho por contar es Henry Shimabukuro.
El empresario, inmerso también en el caso “Asesores en la Sombra” de Pedro Castillo, ha presentado chats de WhatsApp, boletas de compras de productos y pasajes valorizados en más de 800 mil soles que nunca fueron declarados ante los organismos electorales.
Encargada de los grupos de mujeres y jóvenes en los mítines, Marcela Saldarriaga asegura que nunca aceptó las contribuciones de Shimabukuro, por provenir, según dice, de una familia censurable. En su círculo, su repulsión siempre fue pública y notoria.
Dina Boluarte, enfrentada hoy a Shimabukuro, cual fantasma que llega del pasado, ha repetido a los medios que ella también repelía a Shimabukuro y que lo evitaba como supuesto infiltrado de Pedro Castillo.
Pero, según las fotos, y según nuevos videos que van saliendo de los archivos, Boluarte no corrió a Shimabukuro y, por el contrario, lo tuvo en momentos clave de su campaña, como este en plena celebración de la victoria electoral. Shimabukuro, por su parte, ha presentado vouchers de pasajes de ida y vuelta a provincias con asientos fila a fila con Boluarte.
En la Ciudad Blanca se ve a Shimabukuro departiendo incluso por el cumpleaños número 59 de la entonces candidata que hoy, como presidenta, lo niega y reniega de su presencia. Marcela Saldarriaga recuerda haber visto llegar a Boluarte en comitiva con Shimabukuro en primera línea.
Del sur, al norte del país, Shimabukuro estaba siempre presente. Este mayo, el mes de cumpleaños de Dina Boluarte, será clave en el desfile de nuevos testigos ante la fiscalía de lavado de activos por los supuestos aportes escondidos en campaña. Son nuevas las voluntades que están dispuestas a reconstruir ese pasado hasta ahora de tonos grises, caiga quien caiga, sea que ayude o afecte, a aquella mujer que hace 2 años llevaron a Palacio.