Trabajadores del congresista José Arriola "donaban" parte de su sueldo para obras de apoyo social
Una nueva modalidad de recorte de sueldos, bajo la fachada de una donación “voluntaria y libre”, involucra al legislador de Acción Popular, sindicado de pertenecer a Los Niños
Una nueva modalidad de recorte de sueldo parece instalarse en el Congreso. Documentos encontrados en el allanamiento de la casa y oficina de un legislador por el caso Los Niños han puesto en alerta a las autoridades.
El congresista bajo sospecha es José Arriola de Acción Popular. Franco Valenzuela trabaja en la oficina del congresista Arriola desde el inicio de su gestión. Gana 5mil297 soles brutos y, según este documento, entrega 1,323 soles de su sueldo para donaciones del congresista.
El congresista Arriola no puede ocultar su preocupación. Hace sólo un mes su nombre se hizo conocido cuando fue sorprendido por un operativo fiscal que descubrió guardados en su casa miles de soles y dólares en efectivo.
A las 5 y 58 de la mañana, el viernes 24 de marzo pasado, fiscales y policías despertaron al congresista José Arriola en su vivienda en La Molina. Se trataba de un megaoperativo de allanamiento e incautación contra él y otros 17 parlamentarios y un exministro como parte de las investigaciones por el caso Los Niños. El protagonismo, aquella fecha, se lo robó precisamente el congresista Arriola quien, hoy, casi un mes después, acepta hablar con periodistas por primera vez.
Pero, según actas, antes que romper puertas o voltear colchones, las autoridades aquí le pidieron al congresista respetuosamente informar “si cuenta con dinero en efectivo” a lo que “este respondió que sí”. Vaya sorpresa cuando el parlamentario sacó “33,570 soles” en efectivo y “71,950 dólares americanos” en total. Billete tras billete fueron contados ante los ojos impresionados de todos los presentes.
Pero ahora ese allanamiento no es lo único que pone en jaque al congresista.
Esta “Declaración Jurada de Donación Voluntaria” lleva la firma y huella digital de Carlos Valenzuela Abanto, trabajador Técnico en el despacho del congresista José Arriola. La declaración dice a la letra: “Yo, Carlos Franco Valenzuela Abanto, identificado con DNI 09368198, declaro bajo juramento que en forma voluntaria y libre – sin ningún tipo de coerción- dispondré para su entrega personal en la fecha, de un aporte económico solidario por el monto de S/1,323.00, para ser utilizado únicamente en apoyo social a favor de personas vulnerables de sectores de pobreza y extrema pobreza. Lo antes expresado, lo reafirmo legalmente con mi firma y huella digital”
El documento habla expresamente de “entrega personal”, de “aporte económico”, dinero constante y sonante que en solo esa entrega supera el sueldo mínimo vital, pero el parlamentario insiste en que sus trabajadores no dan plata, sino productos que ellos mismos compran.
El trabajador Carlos Franco Valenzuela Abanto tiene 52 años. Su categoría en la oficina de Arriola es de Técnico y percibe una remuneración bruta de 5,222 soles mensuales. Con la autorización de su jefe, quisimos preguntar cómo así dona, regala, 1,323 soles de su sueldo.
Franco Valenzuela vive en un centro poblado de Ate, según Reniec. No tiene título profesional, ni propiedad ni empresas a su nombre, pero el congresista está seguro de que su trabajador puede donar parte de su sueldo.
Seguro que a Franco Valenzuela la plata no le sobra. Según este cronograma de pagos, este empleado del despacho de Arriola pidió un préstamo a la Cooperativa San Isidro de 5,100 soles en noviembre del 2022. Entonces, si su situación fue de tal necesidad ¿por qué un mes después, el 15 de diciembre, “entrega” 1,323 soles de su sueldo para las “donaciones” del despacho? Difícil entender.
Aquí es cuando el congresista Arriola intenta explicar que no recorta el sueldo de sus trabajadores, sino que estos apoyan al despacho comprando abarrotes y productos que son donados en zonas humildes, especialmente en el distrito de Ate, donde el parlamentario ha vivido y en cuya municipalidad también ha trabajado.
Nuestra fuente aquí nos indica que existe todo un file que la fiscalía se ha llevado el 24 de marzo pasado y que reúne decenas de declaraciones juradas como las del trabajador Valenzuela y que sumarían más de 90 mil nuevos soles en esas supuestas donaciones que también llevan las firmas de los trabajadores del despacho de Arriola: García Quispe, Mario, técnico. Portal Obregón, Fernando, auxiliar. Terán Chinguel, Oscar, asistente y Zaira Rojas, Carmelo, asesor.
Gran administrador de recursos, hoy, Arriola también le ha pedido a la fiscalía que le devuelva cada dólar, cada sol, incautado en aquel infausto allanamiento del 23 de marzo pasado. Dice que cada billete es producto de décadas trabajo y ahorro.
Uno no es lo que quiere, sino lo que puede ser. La fiscalía tiene hoy la evidencia lacrada dentro de sus oficinas. En tanto, aquí, en Huallaga 358, los trabajadores, con sueldos que van incluso desde los 2,500 soles, ya empezaron a ensayar cómo, con deudas y préstamos, pueden donar parte de sus sueldos antes que ahorrar, como su jefe, en efectivo en los rincones del hogar.