Choque de buques chinos eleva tensión con Filipinas en el mar
Un incidente marítimo ocurrido en aguas disputadas del Mar de China Meridional ha elevado la tensión entre China y Filipinas. Un buque de guerra y una nave de la guardia costera china chocaron durante la persecución de un barco filipino, en un episodio que Manila calificó como “maniobras peligrosas” y que Pekín defendió como “legales y profesionales”.
El hecho se registró cerca del atolón de Scarborough, una zona estratégica en disputa que ambos países reclaman.
La Guardia Costera filipina escoltaba a embarcaciones que llevaban ayuda a pescadores de la zona cuando se produjo el choque de buques.
Según la versión de Manila, el navío chino identificado como CCG 3104 realizó una maniobra riesgosa mientras perseguía al BRP Suluan, provocando la colisión con un buque de la Armada china. El impacto dejó inoperativo al destructor de 7.500 toneladas.
El gobierno filipino difundió un video en el que se observa el momento exacto del choque, acompañado de un fuerte estruendo.
La grabación ha sido ampliamente replicada en medios internacionales y redes sociales, generando preocupación por el riesgo de escalada en la región.
Daños y reacciones inmediatas
El portavoz de la Guardia Costera filipina, Jay Tarriela, detalló que el choque causó “daños sustanciales al castillo de proa” del buque chino de la guardia costera, dejándolo no apto para navegar.
Además, señaló que la tripulación china “nunca respondió” al ofrecimiento de asistencia realizado por la embarcación filipina tras el incidente.
Pekín, por su parte, emitió un comunicado defendiendo sus acciones como “profesionales” y dentro de su “jurisdicción legítima” sobre el Mar de China Meridional.
Las autoridades chinas reafirmaron su reclamo sobre casi la totalidad de estas aguas, pese al fallo de un tribunal internacional de 2016 que desestimó sus argumentos legales.
Filipinas ha denunciado que las maniobras que precedieron al choque de buques violan acuerdos previos de comportamiento en el mar, alcanzados para prevenir incidentes y garantizar la seguridad de las tripulaciones.
Contexto del Mar de China Meridional
El Mar de China Meridional es uno de los puntos más estratégicos y conflictivos del mundo. Por él transita una tercera parte del comercio marítimo global y se cree que posee importantes reservas de petróleo y gas.
China reclama gran parte de estas aguas, lo que ha generado tensiones con varios países del sudeste asiático, entre ellos Filipinas, Vietnam, Malasia y Brunéi.
La zona del atolón de Scarborough ha sido escenario de múltiples roces en la última década. En 2012, China tomó el control efectivo del área tras un prolongado enfrentamiento con Filipinas, lo que derivó en la presentación de una demanda ante la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya.
En 2016, el tribunal falló a favor de Filipinas, pero Pekín ha rechazado acatar el veredicto.
Este nuevo choque de buques se enmarca en una serie de incidentes recientes, como el uso de cañones de agua y bloqueos a embarcaciones de suministro filipinas en otras zonas disputadas, como el banco de arena de Ayungin.
Implicaciones regionales y riesgo de escalada
Analistas en seguridad marítima advierten que un choque de buques entre fuerzas de China y Filipinas en una zona tan sensible puede escalar rápidamente. La proximidad geográfica de Taiwán y la creciente presencia de Estados Unidos en la región añaden un componente estratégico que podría amplificar la crisis.
El gobierno filipino ha reiterado que sus acciones buscan proteger a sus pescadores y garantizar la libre navegación. “Estos actos hostiles ponen en riesgo la paz regional y no se ajustan al derecho internacional”, señalaron desde el Ministerio de Relaciones Exteriores.
La comunidad internacional, incluyendo socios como Estados Unidos, Japón y Australia, ha expresado preocupación por la seguridad en el Mar de China Meridional. Washington ha recordado que el tratado de defensa mutua con Filipinas podría activarse si una embarcación filipina es atacada.
Tensiones internas en las fuerzas chinas
El choque de buques también ha revelado posibles problemas de coordinación entre la Armada china y su guardia costera. Aunque ambas están bajo la supervisión de la Comisión Militar Central, expertos señalan que diferencias en protocolos de persecución y comunicación pueden generar errores graves en operaciones conjuntas.
Fuentes de defensa en la región apuntan que el incidente podría obligar a China a revisar sus procedimientos para evitar que un choque entre sus propios buques vuelva a repetirse, especialmente en contextos de alta presión operativa.
Llamado al respeto del derecho internacional
Filipinas ha elevado su protesta formal ante China, exigiendo que se respete el fallo arbitral de 2016 y que se eviten maniobras peligrosas en el futuro. Manila insiste en que el choque de buques demuestra la necesidad de establecer mecanismos efectivos de prevención de incidentes.
La Guardia Costera filipina ha reforzado la escolta a sus embarcaciones pesqueras en las zonas en disputa, mientras que el Ministerio de Defensa evalúa nuevas estrategias para garantizar la seguridad marítima sin provocar un aumento de la tensión.
En tanto, los pescadores locales han expresado temor ante la posibilidad de que este tipo de incidentes se vuelvan más frecuentes. “Cada vez que salimos al mar, no sabemos si volveremos sin problemas”, declaró uno de ellos a medios locales.
Observación internacional
Organismos como la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) y Naciones Unidas han manifestado interés en seguir de cerca la situación. Sin embargo, las diferencias internas entre los países miembros de la ASEAN dificultan la emisión de un comunicado conjunto contundente sobre el choque de buques.
Mientras tanto, expertos en derecho marítimo instan a que se retomen las negociaciones para un Código de Conducta en el Mar de China Meridional, un instrumento que lleva más de dos décadas en discusión y que busca evitar enfrentamientos entre embarcaciones en la región.