Cuba y Estados Unidos: claves para entender la nueva era entre ambos países
"Es tiempo de plantear una nueva estrategia con respecto a Cuba", proclamaba Barack Obama en 2008, durante la campaña presidencial. Seis años mas tarde, y dos años antes de dejar la Casa Blanca, el presidente decidió pasar a los hechos.
El mandatario ha dicho que Estados Unidos terminará con más de medio siglo de embargo a Cuba iniciando diálogos para reanudar relaciones diplomáticos, abrir una embajada estadounidense en La Habana y flexibiliar el comercio y las restricciones de viaje a la nación.
Puntos claves sobre esta nueva era cubano-estadounidense:
- El intercambio de espías fue el factor clave
La Casa Blanca anunció la iniciativa de acercamiento con Cuba después de que el gobierno de la isla liberara por "razones humanitarias" al estadounidense Alan Gross después de 18 meses de intensas negociaciones, en las que también se incluyeron el intercambio de un espía enviado por Washington, encarcelado en La Havana por más de 20 años a cambio de tres cubanos que formaban parte de "Los Cinco".
Vía: El Clarin
- El pueblo de Cuba podrá recibir más dinero de sus familiares en EE.UU. y conectarse a Internet
Ya que en el futuro estará permitida la venta de tecnología de comunicaciones, los 11 millones de habitantes de la isla podrán tener ahora un mejor acceso a Internet que en la actualidad es caro y lento. Así, Washington espera que eso conduzca a un cambio progresivo del sistema. Además, quien tenga parientes viviendo en Estados Unidos podrá recibir en el futuro hasta 2 mil dólares y ya no solo 500, como es en la actualidad.
Vía:
- Los estadounidenses tendrán más libertad de viajar a Cuba
Aunque los viajes de placer independientes seguirán estando prohibidos, Obama levantará las restricciones sobre 12 categorías de viajeros a Cuba entre las que están: visitas a familiares, los periodistas, investigadores, educadores, religiosos, trabajadores humanitarios.
Vía: La Vanguardia.
- El bloqueo no se ha terminado pero se permitirá la exportación
Aunque las medidas tomadas por Obama alivian la situación con Cuba, no termina con el problema crucial: el embargo, el cual solo puede ser levantado por el Congreso. El presidente ha dicho que someterá el tema a un intenso debate, pero cuenta con la pared inquebrantable del partido republicano. Lo que sí es un hecho es que se permitrá le exportación a Cuba de material de proyectos inmobiliarios privados, bienes para emprendedores del sector privado y bienes agrícolas para pequeños productores agrónomos.
Los estadounidenses ya podrán llevarse los preciados 'habanos'.
- La influencia de las nuevas generaciones ha influido mucho
Pese a que los críticos dicen que Obama "premia a un gobierno dictatorial", en la comunidad cubana que radica en Florida y Nueva Jersey se opone a la política del embargo y apoyaban un cambio de dirección en la diplomacia. Es un cambio generacional: los hijos y nietos de los viejos exiliados no se sienten apasionados por hechos ocurridos incluso antes de que ellos nacieran.
- Los poderosos grupos económicos han presionado a Washington
Las empresas estadounidenses no querían quedarse sin su tajada en la torta de ganancias por el embargo que les impedía hacer negocios con Cuba. La Cámara de Comercio de EE.UU estima que se pierden al menos 1200 millones de dólares por el bloque a la isla. A penas se hizo el anuncio de las relaciones diplomáticas, las acciones de las empresas de cruceros en Florida subieron un promedio de 3%.
- Cuba necesita apoyo económico
Los largos patrocinadores que sacaban a flote a la isla ya no pueden proveer su economía. Tras la caída de la Unión Soviética en 1991, la Venzuela de Chávez ha sido principal benefactor del régimen castrista, pero los expertos temen que debido a la difícil situación que atraviesa el gobierno de Maduro, Caracas ponga fin o limite en algún momento al envío diario de unos 100.000 barriles de petróleo en condiciones preferentes. Así, La Habana tiene mucho que ganar con el inicio de este proceso.
Vía:
- Obama quiere dejar huella en la historia
Visiblemente incómodo, consciente de que no le quedaba mucho tiempo para dejar su nombre inscrito en la historia, Obama modifica en toques sucesivos la imagen poco gloriosa de un dirigente indeciso y reticente a confrontar. Ya ocurrió con la política immigratoria, el mayor compromiso en la lucha contra el cambio climático y las negociaciones nucleares con Irán. El presidente ha optado por acciones en solitario y sus dos últimos años podrían resultar decisivos a la hora del balance final.
