Dilma Rousseff fue reelecta como presidenta de Brasil
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, ha sido reelegida con un 51,45% de los votos, en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales celebrada hoy en Brasil y vence al opositor Aécio Neves (48,55%).
Más de 142 millones de brasileños han decidido este domingo quién será el presidente que comandará el país durante los próximos cuatro años. Se trata de las elecciones más reñidas desde 1989.
[LO ÚLTIMO] Brasil: Al 96% de los resultados ya escrutados Dilma Rousseff es reelegida como presidenta. pic.twitter.com/ecbmobY6Hm
— Canal N (@canalN_) October 26, 2014
Muito obrigada! #Dilmais4anos pic.twitter.com/LcPPKMOgHz
— Dilma Rousseff (@dilmabr) October 26, 2014
Su papel en el mercado
Durante su campaña, Rousseff defendió el papel de "regulador" y "bombero" de la actividad económica asumido durante su gestión por el Estado, que subsidia tanto a los más pobres como a las industrias en problemas, como la automovilística o la construcción, mediante rebajas tributarias o créditos públicos.
Neves, por el contrario, propuso reducir el papel del Estado y darle mayores libertades al sector privado para que actúe como motor de la economía, lo cual le valió el apoyo de los agentes de los mercados financieros, opuestos al "intervencionismo" que pregona Rousseff.
Según el sector privado, el modelo propuesto por Neves sería la única alternativa para que Brasil regrese a la senda del crecimiento económico, que durante la gestión de Rousseff se mantuvo, pero a un ritmo muy débil y al borde de la recesión.
En 2011, el primer año de Rousseff en el poder, el crecimiento fue del 2,7 %, bajó al 1 % en 2012 y recuperó algo de terreno en 2013, cuando llegó al 2,3 %.
Según datos oficiales, en el segundo trimestre de este año, la economía se contrajo un 0,6 %, con lo que acumuló dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo y entró en lo que los expertos califican de "recesión técnica".
Escándalos de corrupción
El triunfo de Rousseff pendía de un hilo tras por un turbio asunto de corrupción destapado en la estatal Petrobras, la mayor empresa del país que está en el centro de una investigación judicial para averiguar denuncias que abarcan desde lavado de dinero hasta su supuesto papel de "caja chica" del PT y otros partidos de la coalición que respalda a la presidenta reelegida hoy.
El escándalo comenzó a inicios de este año, cuando se denunciaron supuestos ilícitos en una operación mediante la cual la petrolera estatal adquirió una refinería en Estados Unidos.
La compra de la refinería de Pasadena pareció ser solo la punta de un inmenso iceberg de desvío de dinero estatal en el que estarían implicados decenas de políticos, en su mayoría miembros de la base oficialista aunque también otros de diversas formaciones del arco opositor, incluido el PSDB de Aécio Neves.
A pesar de que Aécio Neves acusó de corrupción a Rousseff durante la campaña, el PT volvió a sobreponerse a unos escánadalos con los que convive desde 2005, cuando a mitad del primer mandato de Luiz Inácio Lula da Silva se denunció un turbio asunto de sobornos en el Congreso.
Ese escándalo marcó las elecciones de 2006, en las que a pesar de ello Lula renovó su mandato por otros cuatro años, y también las de 2010, cuando el PT postuló por primera vez a Rousseff.
La actual presidenta ganó esas elecciones aún sobre el impacto de la trama de sobornos en el Parlamento, que finalmente fue juzgada en 2012 y llevó a la cárcel a 25 políticos y empresarios, entre ellos influyentes ministros y dirigentes del PT.
En las elecciones de 2010, la campaña de Rousseff también fue empañada por denuncias de tráfico de influencias que salpicaron a Erenice Guerra, a quien la entonces candidata había dejado como sucesora en su cargo de ministra de la Presidencia.
Sin embargo, la candidata del PT sorteó cada una de las denuncias y extendió la permanencia de su partido en el poder a doce años con la primera victoria de Rousseff en las urnas.
Este domingo, el PT ha vuelto a imponerse a los escándalos, pero la investigación en torno a las corruptelas en Petrobras continúa abierta en la policía, la justicia y el Parlamento, que hace tres meses creó una comisión especial para esclarecer el caso.