Trump amenazó con sanciones "muy grandes" a Irak si expulsa a tropas de EE. UU.
El Ejército de Estados Unidos podría afrontar su segunda retirada forzada de Irak en esta década, después de que el Parlamento de Bagdad votara el domingo a favor de la expulsión de las fuerzas desplegadas por Washington. Tras esto, el presidente estadounidense, Donald Trump, amenazó con sanciones "muy grandes" a Irak si expulsa a las tropas de EE. UU.
El Parlamento iraquí celebró una sesión extraordinaria tras el asesinato de Qasem Soleimani, líder de los Guardianes de la Revolución iraní que tuvo influencia entre los políticos de Irak y fue popular entre la mayoría chiita. Pero el riesgo de una retirada podría ser alto: la salida estadounidense en 2001 dejó un vacío de seguridad que permitió el crecimiento del grupo yihadista Estado Islámico, lo que provocó la vuelta del ejército de Estados Unidos.
Colchón SOFA
Estados Unidos no necesitó de un acuerdo con Irak para la invasión de 2003 para derrocar el régimen de Sadam Hussein y la subsecuente ocupación. El número de soldados estadounidenses desplegados en el país alcanzó un máximo de 170.000 en 2007.
En 2008, el entonces presidente George Bush negoció un acuerdo de estatus para sus tropas (SOFA) con el gobierno de Bagdad, lo que legitimaría la presencia de los soldados estadounidenses hasta 2011.
Barack Obama trató de renovar el SOFA en 2009 para permitir que miles de soldados permanecieran en Irak más allá de 2011 y ayudar a Bagdad con sus problemas de seguridad, especialmente de grupos extremistas.
Pero el Gobierno iraquí rechazó las peticiones estadounidenses para que sus tropas tuvieran inmunidad ante la justicia iraquí, y las negociaciones para un nuevo SOFA no prosperaron. Las últimas tropas de Estados Unidos salieron de Irak el 8 de diciembre de 2011.
Regreso de las tropas de EE. UU.
El Estados Islámico (EI) tomó impulso con la salida del ejército estadounidense y el grupo violento yihadista sunita se hizo con parte de Irak y Siria para su "califato".
A principios de 2014 los militares iraquíes pidieron ayuda a Estados Unidos, especialmente para apoyar por aire a sus tropas.
Después de que el Estado Islámico se hiciera con Mosul, en junio de 2014, Bagdad hizo una petición formal a Washington. Obama autorizó entonces el envío de 275 militares para apoyar a Irak, y el Pentágono comenzó a ejecutar ataques aéreos para apoyar la fuerzas iraquíes.
De ahí nació la Coalición Internacional Contra el Estado Islámico y la Operación Determinación Inquebrantable, que dio apoyo aéreo, armas y entrenamiento a las tropas iraquíes.
Sin SOFA, el número de tropas estadounidense aumentó hasta 5.000 en 2017, cuando la batalla contra el Estado Islámico alcanzó un pico.
Tras la derrota del EI
Donald Trump fue elegido presidente con la promesa de acabar con la presencia militar estadounidense en Oriente Medio, una posición contraria a la defendida por el Pentágono.
En diciembre de 2018, Trump anunció la retirada de tropas de Siria, una decisión que precipitó la renuncia del entonces secretario de Defensa, Jim Mattis. Pero a principios de 2019, semanas antes de la derrota formal del EI, Trump sugirió que algunas tropas estadounidenses podrían quedarse en Irak para controlar a Irán.
Esa decisión causó disgusto en Irak, ya que políticos y la mayoría de partidos y facciones pedían la salida de Estados Unidos. Aún así, el Pentágono ha querido mantener la presencia de miles de tropas para evitar un resurgimiento del EI, del cual miles de combatientes volvieron a la sociedad civil iraquí.
Cerca de 5.200 soldados aún están en Irak, cifra incrementada la semana pasada cuando cientos de tropas fueron desplegadas para reforzar la seguridad de la embajada estadounidense.
Con información de AFP