Francisco cambió los rituales fúnebres para papas en el Vaticano
La despedida del Papa Francisco se diferencia notablemente de la de sus predecesores.
A través de sus propias decisiones, el pontífice reformó los rituales fúnebres de la Iglesia Católica, optando por una ceremonia sobria y alejada del boato tradicional del Vaticano.
A diferencia del multitudinario funeral de Juan Pablo II en 2005, que reunió a miles de personas en la Plaza de San Pedro y culminó con un entierro en las grutas vaticanas, Francisco eligió una ceremonia más íntima.
Benedicto XVI, en 2022, recibió una despedida en su condición de papa emérito, sin los rituales de un pontífice en funciones.
El Papa Francisco solicitó ser sepultado en un ataúd sencillo de madera, revestido de zinc. No porta báculo ni utiliza los tradicionales zapatos rojos, sino sus habituales calzados negros.
Tampoco lleva vestiduras de autoridad; solo un rosario entre las manos acompaña sus restos.
El funeral ha sido breve y sin exhibiciones. Francisco pidió no ser enterrado en las criptas papales, sino en la Basílica de Santa María la Mayor.
Su tumba tendrá únicamente una inscripción sencilla: Franciscus.
Con estas decisiones, el Papa jesuita dejó un legado alineado con su visión pastoral: una Iglesia humilde, austera y cercana al pueblo.