Portugal: Papa Francisco canonizó a pastorcitos frente a medio millón de fieles
El santuario de la localidad portuguesa de Fátima (Portugal) acogió hoy a medio millón de peregrinos de 55 países, atraídos por la visita del papa Francisco con motivo del centenario de las apariciones marianas a tres pastorcitos portugueses y la canonización de dos de ellos.
El obispo de Leiría-Fátima, Antonio Marto, ofreció el dato de la procedencia de los peregrinos al final de la homilía, cuando tuvo palabras de agradecimiento al pontífice por su visita al santuario y al que calificó como "peregrino entre los peregrinos".
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"Estáis en vuestra casa", le dijo el prelado al papa, a quien transmitió "el abrazo y afecto de todo el pueblo católico". Entre una cerrada ovación de los 500.000 peregrinos que presenciaron la misa, según datos del Vaticano, Antonio Marto se refirió a Francisco como una voz "capaz de abatir muros".
Entre las autoridades que asistieron a la misa oficiada por el papa Francisco, además del presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa y otras autoridades, estuvieron también los jefes de Estado de Paraguay, Horacio Cartes, y de Santo Tomé y Príncipe, Evaristo do Espírito Santo.
Ceremonia de canonización
El papa Francisco proclamó santos en una ceremonia en Fátima a los dos hermanos pastorcitos, Jacinta y Francisco, que junto con su prima Lucía presenciaron las apariciones de la Virgen hace 100 años.
En esta ceremonia de canonización, la primera que se celebra en Portugal, Francisco proclamó santos a los dos pastorcitos con la tradicional fórmula, pero esta vez de manera excepcional la leyó en portugués y no en latín. Durante la procesión que abrió la ceremonia, las reliquias de Francisco y Jacinta, que murieron con 9 y 10 años, se colocaron junto al altar con la imagen de la Virgen.
El milagro por su intercesión que fue aprobado para poder ser santos es la curación de un niño brasileño, Luca Baptista, que sufrió una grave lesión cerebral al caer por una ventana en marzo de 2013, cuando tenía 5 años. El niño, junto con su hermana y sus padres, João Baptista y Lucila Yuri, llevó las ofrendas en la misa y recibió un abrazo del pontífice.
De los nuevos santos, señaló que fue de Dios de dónde "recibían ellos la fuerza para superar las contrariedades y los sufrimientos". Antes de celebrar la misa, Francisco había visitado las tumbas de Francisco y Jacinta, y de Sor Lucía, quien después transcribió los llamados tres secretos revelados por la Virgen hace cien años.
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Pero su visita a Fátima, como había adelantado y repitió en la homilía, fue para suplicar a la Virgen que conceda la esperanza y la paz a toda la humanidad. "Gracias por haberme acompañado. No podía dejar de venir aquí para venerar a la Virgen Madre, y para confiarle a sus hijos e hijas", afirmó.
El papa pidió a los católicos que descubran "de nuevo el rostro joven y hermoso de la Iglesia, que resplandece cuando es misionera, acogedora, libre, pobre de medios y rica de amor". De esta manera, el papa argentino concluyó su visita de 24 horas a Fátima, y tras almorzar con los obispos en la Casa de Nuestra Señora del Carmen, donde se alojaba, regresará a Roma.
EFE