El Vaticano revela el significado del escudo del papa León XIV
El emblema pontificio combina el lirio mariano y el corazón herido de San Agustín como símbolos de fe, unidad y sabiduría
La Oficina de Prensa de la Santa Sede presentó oficialmente el escudo del papa León XIV, el 267º Pontífice de la Iglesia Católica.
El diseño, preparado por el Instituto Heráldico Genealógico Italiano, expresa de manera simbólica el vínculo espiritual y doctrinal del Papa con la tradición agustiniana, destacando valores de pureza, sabiduría y unidad cristiana.
El escudo se divide en dos campos heráldicos. Uno de fondo azul, que representa el cielo y está relacionado con la Virgen María, contiene un lirio de plata (flos florum), símbolo tradicional de pureza y santidad.
El otro campo, en color marfil, presenta el emblema de la Orden Agustiniana: un corazón ardiente atravesado por una flecha, sostenido sobre un libro.
El corazón herido de San Agustín como símbolo central
El corazón representado en el escudo pontificio es un elemento constante en el escudo de los agustinos desde el siglo XVI.
Este corazón atravesado por una flecha se inspira en las palabras del libro noveno de las “Confesiones” de San Agustín: “Has herido mi corazón con tu amor” (Sagittaveras tu cor meum charitate tua). El símbolo expresa la transformación interior que produce el amor divino.
El libro que sostiene el corazón, por su parte, simboliza la Palabra de Dios y las obras teológicas que San Agustín, conocido como el “Doctor de la Gracia”, dejó como herencia a la Iglesia. Esta figura heráldica comunica la idea de que la sabiduría cristiana nace del amor y la contemplación.
Un escudo mariano, agustiniano y universal
El escudo está coronado por una mitra de plata con tres bandas doradas y sostenido por las tradicionales llaves petrinas atadas por un cordón rojo, en referencia a la autoridad apostólica.
En conjunto, el emblema refleja la unión de los símbolos marianos, la espiritualidad agustiniana y la misión universal del sucesor de San Pedro.
Los colores también tienen carga simbólica: el azul representa la divinidad y la esperanza celestial, mientras que el marfil evoca la pureza y la santidad de vida, características buscadas en todo líder espiritual.
Lema: “In Illo uno unum” — En Cristo somos uno
El lema elegido por León XIV, «In Illo uno unum» (“En un solo Cristo somos uno”), proviene de un sermón de San Agustín sobre el Salmo 127. La frase resalta la unidad de todos los cristianos en la figura de Cristo, mensaje que el nuevo Pontífice ha decidido llevar como guía para su pontificado.
Este lema subraya que, aunque los cristianos sean múltiples y diversos, la comunión en Cristo es el principio fundamental de unidad, un mensaje que adquiere especial relevancia en un contexto global fragmentado.