Terremoto en Chile: zonas afectadas amanecen llenas de escombros

Tres minutos de horror y una noche de pesadilla: así vivieron muchos ciudadanos el terremoto en Chile de 8,3 grados que sacudió el centro norte de dicho país y la posterior vigilia por el tsunami y las decenas de réplicas.

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En Illapel, una pequeña localidad en el norte de Chile, cercana al epicentro del sismo que dejaba hasta ahora diez muertos y cinco desaparecido, la luz del día reveló las marcas de la tragedia.

Algunas casas construidas de materiales livianos quedaron en escombros, la destrucción de estanterías en comercios y el caos del cementerio local con decenas de cruces, jarrones y tumbas hechas añicos, era el panorama que mostraba Illapel pocas horas después del sismo.

Llegar a Illapel se fue toda una odisea para los turistas que el sismo pilló en la ruta en víspera de un fin de semana largo, o para quienes fueron hasta allí para reunirse con familiares tras el sismo. Igual para los equipos de prensa que se trasladaron inmediatamente al lugar.

Recorrer los 230 km que separan a Illapel de Santiago llevó unas diez horas sobre la ruta cinco, que une a la capital con el norte del país.

En un trayecto que demora habitualmente menos de la mitad, el viaje se volvió eterno luego de que la policía cortara la ruta en varias partes donde el camino se acerca peligrosamente al mar mientras la alerta de tsunami estaba vigente.

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Con la luz del día y lejos del caos de la noche, la ciudad comenzaba a levantar los escombros y a pensar ya en el próximo terremoto. (AFP)