Caso Odebrecht: fiscales que interrogaron a Barata fueron víctimas de 'reglaje'

Miércoles 28 de febrero, 10 minutos antes de la medianoche en Sao Paulo, Brasil. Dos fiscales peruanos de lavado de activos conversan en el lobby del hotel Meliá, de esa ciudad, donde se hospedan, ignorando que desde la calle alguien los observa a través de las lunas. Alguien que no se contenta solo con mirarlos.

Los fiscales están en Brasil porque han interrogado extensamente a Jorge Barata, el ex mandamás de Odebrecht en el Perú, sobre los aportes de dinero que hizo la empresa a las campañas presidenciales de casi todos los políticos peruanos. 

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El fiscal de la izquierda, José Domingo Pérez, es el encargado de investigar los aportes de la constructora a la campaña de Keiko Fujimori; el de la derecha, Rafael Vela Barba, es el superior coordinador de las fiscalías de lavado. Ambos recibieron en el lobby del hotel al reportero de Cuarto Poder y autor de este informe. Todos ignoran que un sujeto desconocido vigila, graba y fotografía desde el exterior del hotel, por una ventana. 

Las imágenes demuestran que alguien quería saber qué hacían los fiscales, con quiénes se reunían, cuáles eran sus movimientos, incluso a esa hora, 11:50, casi medianoche. ¿Quién o quiénes viajaron desde Lima a Sao Paulo para seguir y espiar los movimientos de la fiscalía?

En el acto, la persona que sigue a los fiscales envía por WhatsApp las imágenes que ha captado. En pocos segundos, estas son recibidas en Lima por unun periodista local, quien abre las fotos y los videos. 

La intención era dejar bajo sospecha al fiscal Pérez como un filtrador de información. Pero el periodista que recibe el mensaje prefiere dar aviso al fiscal José Domingo Pérez, el mismo que seguía en la reunión nocturna en el hotel en Sao Paulo siendo vigilado. Pérez recibe el WhatsApp de su fuente y se entera del hecho en tiempo real. Lo comenta sin darle mayor importancia, pero la advertencia ya estaba dada.

El mensaje recibido por el fiscal de su fuente, a las 9:56 de la noche (hora peruana) decía: “Los fujis preparan ataque. Tengo las pruebas”. 

Pero ese no es el único mensaje. Hora: 9:58 de la noche (hora peruana) dos minutos más tarde. El fiscal Pérez recibe un segundo mensaje de WhatsApp: “Los han estado siguiendo”.  Y un minuto después, llega el último mensaje de esa noche, 28 de febrero: “Tienen fotos con las personas (periodistas) con los que han conversado”. 

El informante que advierte al fiscal se refiere a quien habla, reportero de Cuarto Poder, quien efectivamente había llegado al hotel para solicitar una entrevista con los fiscales sobre las declaraciones de Barata.

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"Nosotros somos fiscales que llevamos años en la investigación de delitos y durante nuestra permanenecia, sobre todo en los aspectos de nuestro desplazamiento en el hotel, en ambientes comunes, hemos visto pesonas que portaban el equipo celular en el bolsillo tal vez de su camisa o de su polo y que de repente se nos estaban acercando de una manera inusual", cuenta Pérez.

En el momento en que le llegaron los videos y las fotos del seguimiento, Pérez pregunta a su fuente sobre quién enviaba la información. Este le contesta por mensaje de WhatsApp sobre quién le había “filtrado” el material.

Los fiscales Pérez y Vela sabían de la existencia de las fotos por la advertencia de la fuente, aquella noche. Pero Pérez recién recibió el material audiovisual el pasado fin de semana, varios días después del viaje a Sao Paulo. Con esa evidencia en manos, el martes 14, el fiscal elaboró el informe, que elevó a su superior Vela, para que dé cuenta, a su vez, al fiscal de la Nación, Pablo Sánchez. En el documento, Pérez narra de manera breve, pero precisa que fue objeto de reglaje, y, basado en la información de su fuente, indica quién podría haberlos estado vigilando. 

¿Quién desde Brasil despachaba las fotos y los videos? Pero, sobre todo, ¿quiénes estarían interesados en gastar pasajes, estadías y horas de trabajo en seguir a los fiscales de lavado de activos hasta Brasil, y espiarlos durante los días que permanecieron allí? Y, ¿por qué solo se filtraron las fotos que tenían que ver con el fiscal Pérez, quien investiga los aportes a Fuerza 2011 y a Fuerza Popular, conversando con un periodista? ¿Para qué los espiaban y fotografiaban? 

A estas alturas, el informe del fiscal Pérez ya debe estar en el despacho del fiscal de la Nación, Pablo Sánchez. A partir de ahora empezarán las investigaciones. El caso es de cuidado, y por la mención que se hace de los fujimoristas en el documento del fiscal, Cuarto Poder ha buscado, insistentemente, por correo, por WhatsApp, por llamadas telefónicas, y personalmente, entrevistar a algún dirigente de Fuerza Popular. 

El jueves la petición fue personalmente al asesor de prensa de la bancada fujimorista, Víctor Medina y manifestó que ni Daniel Salaverry ni Víctor Becerril, los voceros, ni José Chlimper, el secretario general del partido, estaban interesados en declarar, y le restaban importancia a la denuncia del fiscal. 

Pero también le pedimos declarar al propio Medina, quien estuvo en Brasil y quien es, además de asesor de prensa, miembro del CEN de Fuerza Popular. La razón del pedido es que el fiscal Pérez lo menciona en la parte final de su informe:

“Se tomó conocimiento que la persona conocida como Víctor Medina se encontraba en la ciudad de Sao Paulo (Brasil) cubriendo labores al parecer ajenas a su función pública; en ese sentido, corresponde que la Fiscalía Anticorrupción de Lima se avoque al caso por una presunta comisión del delito de peculado”.

Ciertamente, Medina llegó a la Fiscalía de Sao Paulo con el equipo legal de Keiko Fujimori, el segundo día de los interrogatorios a Barata, cuando debía declarar sobre los aportes a la campaña fujimorista del 2011. Allí estuvo dialogando con los periodistas peruanos y brasileños que cubrieron el hecho. Durante los despachos hechos desde Brasil por los distintos equipos periodísticos, Medina fue visto en las pantallas por algunos tuiteros locales, quienes advirtieron en redes de su presencia en Brasil. 

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Medina declinó de declarar para Cuarto Poder, pero remitió un informe de la Oficina de Logística del Congreso que indica que el Legislativo no emitió ningún pasaje aéreo a su nombre. También remitió una boleta de vacaciones del Congreso a su nombre, que muestra que en los dos días de su permanencia en Sao Paulo, él se encontraba de vacaciones. 

La denuncia del fiscal José Domingo Pérez debería generar una investigación profunda para saber quién ordenó seguirlos hasta Brasil, quiénes ejecutaron la orden y por qué lo hicieron. Y, también, debería motivar la preocupación de las autoridades por darles seguridad.