Hospitales en crisis: equipos nuevos para detectar TBC están inoperativos
Sector salud gasta millones de soles para compras de equipos que hasta ahora no han sido instalados
Cada año se registran 27 mil nuevos casos de tuberculosis en el Perú. Una enfermedad controlada en otros países, en el nuestro sigue siendo sinónimo de muerte, desidia y por supuesto vergonzoso aprovechamiento de los negociantes de la salud pública.
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El cerro El Pino, uno de los lugares más tugurizados de Lima, donde la incidencia de TBC es la más alta de la ciudad. Una cámara escondida ingresó al centro de salud y logró comprobar que equipos sumamente importantes para la detección temprana de esta enfermedad existen pero no funcionan desde hace mucho.
Así como lo escucha. Existen equipos nuevos para detectar TBC que costaron millones pero que no funcionan. En el Centro de Salud El Pino debería funcionar uno de los 7 equipos que en total se compraron.
“Esos equipos debieron estar instalados en diciembre 2015 y enero de este año (…) En la actualidad los equipos no están operativos, en el Pino, Max Arias, San Cosme, donde la incidencia de TBC es la más alta del país”, señala Alejandrina Carhuallanqui, secretaria general del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Red de Salud Lima Ciudad.
El negociado con la tuberculosis es grosero. El gasto de dinero público se hace, pero por algún motivo los equipos no se usan. La atención termina estando en manos de terceros, empresas particulares. En este caso, la compra de los siete equipos de rayos X se hizo con presupuesto del Sistema Integral de Salud (SIS) y de los recursos destinados a la estrategia de lucha contra la tuberculosis. Aproximadamente tres millones de soles fueron invertidos hace un año, pero hasta ahora los equipos no han sido instalados pues no tienen un lugar adecuado para su funcionamiento y tampoco personal capacitado para operarlo.
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“Ya estoy enterado de todo eso en la red Lima, eso es un error de administración que ya está en manos de control interno”, responde Luis Alberto Fuentes Tafur, jefe del Instituto de Gestión de Servicios de la Salud.
Para que uno de estos equipos de rayos X funcione, debe adecuarse un espacio de manera específica. En el centro de salud San Sebastián, donde también se trata masivamente casos deTBC, existe una máquina de rayos x nunca instalada, bajo la excusa de que la habitación no está habilitada. Sin embargo el ciudadano Gilbert Yabar Vílchez aparece como proveedor ganador, con un pago de 20 mil soles, para dar mantenimiento al área de radiología. El detalle está en que este hombre asegura que jamás se presentó a concurso público alguno. Su firma habría sido falsificada.
Mientras otros se enriquecen, este malestar por las máquinas detenidas y el desabastecimiento se repite en todos los hospitales de Lima. Simplemente no hay medicamentos y las raciones de alimentos para enfermos y personal médico también se están acabando.
Pacientes en estado grave tampoco pueden acceder a un tomógrafo porque el hospital Loayza no cuenta con uno propio y contrata a empresas que ahora son investigadas por presuntos contratos direccionados que prácticamente se disputan los pacientes.
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Equipos malogrados o inexistentes, camillas oxidadas, equipos de rayos x obsoletos y demás. El nivel de equipamiento malogrado y de tercerización a través de empresas privadas es enorme.
La misma realidad se percibe en el hospital Santa Rosa, en el Hipólito Unanue. Y ni que decir en el Cayetano Heredia, un hospital de nivel tres que tampoco cuenta con un tomógrafo propio, pues el que se encuentra en sus instalaciones pertenece a un proveedor particular, que encima reclama que se le debe.
Este hospital afronta una deuda de 69 millones de soles en los últimos cinco años. Lo más preocupante es que 11 millones de esa deuda han sido cuestionados por el Fondo Intangible Solidario de Salud (FISAL), entidad que complementa las funciones del SIS, y que entregó dicho monto de manera oportuna a las autoridades del hospital; sin embargo, meses después se descubre que fue mal utilizado. Increíblemente, según los médicos, parte de ese dinero se empleó en licor.
El monto gastado irregularmente asciende a 251 mil 250 soles, dinero que habría sido utilizado para pagar vigilantes, para el retiro de desmonte, incluso para la compra de vinos y piscos, mientras que los pacientes siguen sintiendo como la corrupción agrava la salud.
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Según un informe de la Defensoría del Pueblo, el 44. 6% de hospitales no cuenta con equipos médicos para atender las emergencias, mientras que la Contraloría de la República ha precisado en julio de este año que de los 270 establecimientos de salud de nivel uno, dos, tres y cuatro de la región Lima, el 77 % carece del equipamiento mínimo requerido.
Con este panorama, el sistema de salud seguirá en cuidados intensivos y los pacientes tendrán que soportar la ausencia de equipos, medicamentos y los posibles contagios que pueda generar el hacinamiento en los hospitales.
Luego de este escándalo, las autoridades del sector han solicitado la intervención de la Contraloría para que audite las transferencias financieras, los convenios y compromisos del SIS. Han anunciado que todos los directores de hospitales serán evaluados y dichos cargos serán sometidos a concurso. En los próximos días han asegurado se abastecerá las farmacias. Ojalá estas medidas se cumplan y cambie radicalmente el indolente y corrompido sistema de salud.