Fieles de Señor de los Milagros llegan a las Nazarenas

Desde tempranas horas, decenas de fieles se congregaron en la cuadra cinco de la avenida Tacna, frente a la iglesia de las Nazarenas, para venerar al Señor de los Milagros.

El lugar alberga la histórica imagen pintada hace más de 400 años en una pared del jirón Huancavelica, considerada sagrada por los devotos.

Tras la misa de las 9 de la mañana, los asistentes realizaron una caminata breve hasta el ingreso del monasterio donde encendieron velas, rezaron y elevaron peticiones ante el Cristo Moreno.

La tradición forma parte de las actividades del mes morado, uno de los más significativos para el catolicismo peruano.

Grupos religiosos se unen en oración por el país

Una de las delegaciones presentes fue la Asociación de la Medalla Milagrosa, que reunió a fieles provenientes de distritos como Los Olivos, Miraflores, Surquillo y San Isidro.

Sus integrantes destacaron que su principal pedido fue la paz y unidad del país, así como la protección de sus comunidades frente a la inseguridad y la crisis social.

También se rezó por la salud de familiares y por el cese de la violencia. Los asistentes destacaron que muchos de ellos han recibido milagros del Señor de los Milagros y expresaron su deseo de continuar fortaleciendo su fe.

Encendido de velas y bendición de objetos religiosos

Durante la jornada, los fieles encendieron velas frente a la imagen del Cristo Moreno y colocaron objetos personales para ser bendecidos. El personal de la iglesia colaboró con la organización del flujo de personas, permitiendo que cada visitante pueda tener un momento de oración sin demoras prolongadas.

Además, se habilitaron espacios para la confesión y la venta de artículos religiosos como llaveros, medallas y estampas. Estos elementos forman parte del rito tradicional de los fieles, quienes los adquieren como recordatorio de su paso por el santuario.

Las misas se realizan de manera continua a lo largo del día, y cada celebración termina con el desplazamiento de los asistentes hacia la imagen exterior, donde prosiguen con sus oraciones y expresiones de fe.