Guillermo Bermejo respalda el proyecto de ley de unión civil
Guillermo Bermejo hace un llamado a no confundir a la población, aclarando que no se trata de un "matrimonio" en el sentido tradicional, sino de un acuerdo legal
El congresista de la república, Guillermo Bermejo, se mostró a favor de la unión civil y resalta la importancia de los derechos civiles en un Estado de derecho.
En diálogo con Canal N, el parlamentario enfatiza que la propuesta no se trata de un matrimonio, ni será aceptada en contextos religiosos, ya sea en iglesias católicas o evangélicas.
Remarcó que la unión civil es presentada como un contrato notarial entre parejas del mismo sexo, que les permitiría acceder a derechos como la herencia, la atención médica en caso de enfermedad, y otros derechos civiles.
Bermejo defiende el derecho de las personas del mismo sexo a tener un marco legal que les permita proteger sus derechos y evitar situaciones discriminatorias, especialmente en momentos críticos como la muerte o enfermedad de uno de los miembros de la pareja.
Subraya que, como en un estado de derecho, todos deben tener los mismos derechos, independientemente de su orientación sexual.
A pesar de las divisiones ideológicas entre la izquierda y la derecha sobre este tema, el legislador señala que la propuesta de unión civil es un punto intermedio, que no busca un cambio en la concepción tradicional del matrimonio, pero sí permitir que las parejas del mismo sexo puedan disfrutar de ciertos derechos civiles sin ser discriminadas.
Crítica a la desinformación
Guillermo Bermejo hace un llamado a no confundir a la población, aclarando que no se trata de un "matrimonio" en el sentido tradicional, sino de un acuerdo legal que ofrece protección y derechos básicos a las parejas del mismo sexo.
Al respecto, critica la desinformación que circula, especialmente a través de la propaganda y los debates públicos que tienden a malinterpretar el propósito de la ley.
Finalmente, instó a la empatía y a tratar el tema como un derecho humano fundamental, en lugar de vincularlo a debates ideológicos o religiosos. Esto, según él, no tiene que ver con imponer una visión religiosa o política, sino con reconocer la dignidad y los derechos de todas las personas en una sociedad plural.