Millonario robo de celulares de alta gama en el Jockey Plaza
Trabajador sustrajo más de 400 equipos de alta gama valorados en S/ 1,700,000

Un trabajador de una tienda del Jockey Plaza robó 437 iPhones de alta gama valorizados en más de un millón 750 mil soles y los vendió en redes sociales. Operó durante siete meses sin levantar sospechas.
Edwind Benavides Panez, encargado del almacén, aprovechó su acceso privilegiado y la falta de supervisión para sustraer equipos iPhone 15 Pro y 15 Pro Max de forma interdiaria. El plan, detallado en una investigación de Cuarto Poder, incluía la manipulación del sistema interno para maquillar el inventario y la creación de códigos falsos que escaneaba desde su propia computadora.
Estrategia criminal
Las cámaras de seguridad registraron cómo Benavides armaba cajas con los equipos y las trasladaba hacia los baños del centro comercial. Allí, su primo José Luis Cotrino Panez recogía los celulares para entregarlos a una pareja encargada de su reventa: Nory Inga y David Huamán Flores.
El robo, según la Policía, se mantuvo oculto gracias a una estrategia meticulosa: “Este señor creaba los códigos de barra y los escaneaba desde la pantalla de su computadora”, explicó el coronel Montúfar. Así logró simular que los equipos seguían en stock.
Venta ilegal en redes y galerías
Los celulares robados eran promocionados en redes sociales como ofertas irrepetibles: iPhones nuevos, sellados y de última generación desde 2,000 hasta 4,500 soles, cuando su valor real iba de 6,500 a 7,500 soles. También se ofrecían en una galería del Cercado de Lima.
“Contamos con todos los colores: blanco, dorado, natural. Lo más importante, el precio”, decía una de las vendedoras en video.
La pareja, identificada como receptadora por la Policía, habría vendido cientos de estos dispositivos, generando grandes ganancias a costa del millonario perjuicio a la tienda afectada.
Detención y confesiones
Tras meses de seguimiento por parte de la División de Robos de la Policía, todos los implicados fueron detenidos. Durante el operativo se encontró en el celular de uno de los detenidos la resolución judicial que ordenaba su captura, lo que apunta a una filtración.
En su testimonio, Benavides confesó que armaba pedidos paralelos: uno legal para la tienda y otro que se quedaba él. “Aprovechando los despachos masivos y ventas corporativas, sustrayé 10 celulares por turno desde julio hasta enero”, declaró.