José Pérez Guadalupe critica que gobierno priorice impacto mediático sobre reformas estructurales necesarias
Respecto al anuncio del gobierno de implementar el Plan Bratton, basado en la teoría de las “ventanas rotas”, Pérez Guadalupe fue claro: se trata de una política preventiva de largo plazo, no de un plan de emergencia
La inseguridad ciudadana sigue creciendo en la región, y según el exministro del Interior y exjefe del INPE, José Pérez Guadalupe, el uso político del miedo está profundizando esta crisis.
En entrevista con Canal N, aseguró que las recientes medidas punitivas, tanto en Perú como en Chile, están siendo impulsadas con fines electorales, sin una estrategia de largo plazo ni evaluación técnica.
Pérez Guadalupe sostuvo que la migración irregular está siendo usada como chivo expiatorio, cuando en realidad la criminalidad organizada que llegó desde Venezuela ya ha sido absorbida por las bandas locales.
En ese sentido, advirtió que el problema persistirá aunque cesen los flujos migratorios, porque las metodologías delictivas ya han sido imitadas.
Discurso político de mano dura sin resultados sostenibles
El exministro criticó la estrategia de algunos candidatos y autoridades que buscan capitalizar el miedo ciudadano con discursos de “mano dura”. Dijo que estas narrativas no son nuevas, pero en esta coyuntura son especialmente dañinas porque omiten los enfoques preventivos y se centran solo en el castigo.
Puso como ejemplo al candidato chileno José Antonio Kast, quien plantea criminalizar la migración irregular como mecanismo de expulsión.
Si bien reconoció el derecho soberano de los países a definir su política migratoria, Pérez Guadalupe alertó que este tipo de propuestas ignoran la dimensión humanitaria y aumentan la tensión regional.
En el caso peruano, lamentó que muchas iniciativas del gobierno de transición busquen impacto mediático en lugar de resultados sostenibles. Señaló que medidas como cambiar de nombre al INPE o crear nuevas instituciones no resuelven los problemas estructurales si no se acompañan de reformas integrales y consensuadas.
Críticas al uso del Plan Bratton en contexto de emergencia
Respecto al anuncio del gobierno de implementar el Plan Bratton, basado en la teoría de las “ventanas rotas”, Pérez Guadalupe fue claro: se trata de una política preventiva de largo plazo, no de un plan de emergencia.
Explicó que su aplicación en Nueva York en los años 90 se dio tras el control de los delitos graves, mientras que en Perú aún se lidia con altos niveles de sicariato y extorsión.
Consideró un error plantear este tipo de estrategias como solución inmediata, pues requieren inversión sostenida, formación técnica y articulación entre instituciones, algo difícil de implementar en un gobierno de transición.
También criticó el enfoque “50/50”, que propone dividir la presencia policial entre agentes uniformados y de civil, afirmando que no responde a la complejidad del fenómeno delictivo actual, donde la violencia está concentrada en delitos de alta agresividad.
El polígrafo no puede sustituir a una política anticorrupción
Sobre el anuncio de aplicar pruebas con polígrafo a policías e integrantes del INPE, Pérez Guadalupe explicó que esta herramienta solo tiene utilidad en contextos muy específicos y con personal previamente capacitado.
Añadió que no es obligatoria, no tiene valor probatorio decisivo y que usarla de forma generalizada podría ser contraproducente.
Ironizó que, si se aplicara esta medida al gabinete o al Congreso, el resultado podría ser igual de preocupante. Subrayó que el polígrafo debe ser parte de una evaluación integral, no una herramienta aislada ni mediática.
Finalmente, recomendó que el Ejecutivo evalúe de manera técnica las ocho leyes penales aprobadas recientemente por el Congreso, que según su opinión, han favorecido la expansión del crimen. Sugirió convocar al Poder Judicial, Fiscalía y Policía Nacional para medir el impacto real de estas normas.