¿Por qué Estados Unidos no ha cerrado aún la prisión de Guantánamo?
El 11 de enero el centro de detención militar de la Bahía de Guantánamo en Cuba cumplió 13 años de funcionamiento, con 127 presos dentro y con la promesa del presidente Barack Obama de cerrarla antes de finalizar su mandato, el año 2018.
Fue el viernes 11 de enero del 2002, tras los ataques a las Torres Gemelas, cuando el centro de detención de Guántanamo empezó a funcionar como tal con la llegada de los 20 primeros prisioneros talibanes, llamados "combatientes ilegales". Según Amnistía Internacional, 13 días después de haber sido habilitada, la prisión contaba ya con 158 detenidos. Algunos de estos hombres todavía siguen allí.
Desde su primera campaña presidencial Barack Obama se comprometió con el cierre de Guantánamo, pero ¿por qué ha sido tan difícil cerrarla?
En su pico más alto Guantánamo llegó a albergar a 800 presos. Muchos de ellos sin acusación formal y algunos pocos con tenido procesos abiertos para ser juzgados en un tribunal habilitado en la base militar. Al no aplicarse aquí las mismas garantías procesales de los tribunales federales estadounidenses, mantener la prisión abierta significa para Estados Unidos recibir continuas críticas de organismos de derechos humanos e incluso de otros gobiernos.
El año 2013 Obama reconoció que la situación no beneficia a la lucha antiterrorista ni a la cooperación con otros países en este tema, pero que tampoco es fácil para Estados Unidos "entender que Guantánamo no es necesario para su seguridad". Si bien fue por las presiones de la oposición en el Congreso que el tema salió de la agenda, ha vuelto a agenda a pesar de dichas presiones.
El año pasado, tras reunirse con el mandatario estadounidense, el presidente de Uruguay José Mujica aseguró que Barack Obama está comprometido con cerrar el penal de máxima seguridad de Guantánamo antes de finalizar su mandato, en el año 2018.
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Aunque en aquella ocasión Mujica dijo que Obama no le había pedido acoger a presos de Guantánamo, pero el pasado siete de diciembre cuatro sirios, un palestino y un tunecino, liberados fueron acogidos por Uruguay .
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Los esfuerzos para cerrar la prisión se han traducido en acelerar los procesos de transferencia de prisioneros. Por ejemplo, tres yemeníes y dos tunecinos capturados en Pakistán como supuestos miembros de Al Qaeda y presos desde hace más de una década sin cargos, fueron los últimos reos transferidos a otro país del año 2014. Ellos fueron llevados a Kazajistán.
Una de las muchas complicaciones que suscita cerrar Guantánamo es dónde enviar a los presos cuyos países están en una situación muy inestable y donde podrían acabar en las filas de grupos radicales. Por ejemplo: los yemeníes suman la mayor parte de la población carcelaria de la base (81), pero no pueden regresar a su país. Yemen es uno de los destinos menos recomendables para enviar prisioneros tras comprobarse que los previamente enviados terminaron por unirse a organizaciones terroristas.
El Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL) ha dado a conocer que de los 127 detenidos en Guantánamo, 59 de ellos fueron declarados libres de cargos por agencias de inteligencia y de seguridad estadounidenses, pero continúan a la espera de su liberación. Como explica la Agencia de Noticias EFE, los 68 restantes están clasificados como "detenidos indefinidos", una categoría utilizada para aquellos individuos que las instancias estatales consideran no elegibles para juicio ni traslado a terceros países y que pasarán por una evaluación caso a caso. Solo 10 personas están siendo procesadas.
Con la mayoría del Congreso tomada por los republicanos, los analistas internacionales coinciden en que Obama tendrá un camino difícil para que el Legislativo autorice el traslado de presos de alta seguridad a territorio estadounidense. Un argumento con el que jugaría Obama es que en las prisiones de alta seguridad en territorio estadounidense el costo es de 75,000 dólares anuales por detenido, mientras en Guantánamo es de tres millones.