Puertos del Pacífico Sur en riesgo por oleajes extremos
Los expertos alertan que este fenómeno se debe al aumento del nivel del mar y al incremento de la temperatura del agua.

Los puertos del Pacífico Sur se enfrentan a oleajes cada vez más intensos, exacerbados por el cambio climático, lo que pone en riesgo la infraestructura costera y obliga a los gobiernos a realizar importantes inversiones para proteger sus instalaciones portuarias.
La situación se está agravando en países como Chile, Ecuador y Perú, donde los oleajes extremos han pasado a ser una amenaza constante para las ciudades portuarias. Los expertos alertan que este fenómeno se debe al aumento del nivel del mar y al incremento de la temperatura del agua, que provocan marejadas cada vez más destructivas.
En el Perú, el puerto del Callao, el principal puerto del país, se ha visto afectado por estas fuertes olas que, aunque parcialmente mitigadas por un rompeolas de 13 metros, aún representan un riesgo considerable. En 2024, un episodio especialmente grave hizo que las olas superaran el rompeolas, alcanzando los 4 metros de altura, lo que subraya la vulnerabilidad de las infraestructuras actuales frente a estos eventos climáticos.
El Caso de Chancay
A pesar de la creciente amenaza, se están realizando esfuerzos para reforzar la infraestructura portuaria. El megapuerto de Chancay, que fue inaugurado recientemente, ha incluido en su diseño un extenso rompeolas de casi tres kilómetros de largo, como parte de un plan de prevención ante las marejadas extremas. Esta obra pretende asegurar la operatividad del puerto frente a las olas más grandes que podrían producirse en los próximos años.
Sin embargo, la situación en Chile, otro de los países más afectados por estos fenómenos, es aún más grave. En el puerto de San Antonio, uno de los más importantes del país, se ha comenzado un proceso de reforzamiento de la infraestructura.
Desde el año pasado, se llevan a cabo obras para reforzar el dique, que ahora está debilitado por las intensas marejadas. El gobierno chileno ha invertido 11 millones de dólares en el proyecto, que busca reforzar un dique de un kilómetro de longitud y 10 metros de altura. En ocasiones, las olas han logrado derribar bloques de cemento de 20 toneladas, lo que demuestra la fuerza destructiva del océano.