Así fugó peligroso reo del penal Castro Castro
Romario Robin Correo Sarria, un delincuente de 26 años que fue condenado a cinco años de prisión por el delito de hurto agravado
Estas son fotografías exclusivas de la diligencia realizada en el Penal Castro Castro. Hasta aquí llegó, el último domingo, la Primera Fiscalía Penal Corporativa de San Juan de Lurigancho Zona Media para investigar cómo se habría fugado Romario Robin Correo Sarria, un delincuente de 26 años que fue condenado a cinco años de prisión por el delito de hurto agravado.
El sujeto estaba recluido en el pabellón 9 de esta prisión. Los agentes del Depincri del distrito también participaron de esta inspección.
Las autoridades sospechan que el reo subió hasta el segundo piso de este edificio donde se ubica una pequeña zona que funciona como un gimnasio. Luego caminó por estos mismos pasillos hasta llegar a este lugar.
Aquí habría trepado la pared usando estas repisas para apoyarse. Luego habría movido el techo de calamina y habría escurrido su metro setenta de estatura hacia el otro ambiente de la cárcel.
Las autoridades creen que el delincuente caminó por este lugar aprovechando que algunos torreones de seguridad no tenían vigilancia en el momento de la fuga. Si hubo complicidad con agentes del INPE, eso está por verse.
Lo concreto es que el reo Romario Correo Sarria trepó por este lugar y luego saltó a la calle sin que nadie lo viera. No se encontraron cuerdas ni otros elementos de sospecha, pero sí huellas en esta parte posterior de la prisión.
La fuga fue perfecta. Las autoridades del penal recién se percataron del hecho, la mañana del último domingo, cuando pasaron revista y el recluso no se encontraba en su celda.
Irónicamente, muy cerca de allí se lee esto en una de las paredes: “No pierdas la fe ni la esperanza. Siempre hay una puerta abierta”.
Romario Correa es un peligroso delincuente. En el sistema policial registra 24 denuncias que van desde el robo agravado, la violencia física hasta el tráfico ilícito de drogas. Este es su rostro. No lo olvide. Verónika Reyes/ Edwards Rivas /Unidad de Investigación