Pánico en el Metropolitano y Callao por balacera

Momentos de verdadero terror vivieron los pasajeros de dos servicios de transporte público distintos en Lima y Callao, luego de que se produjeran balaceras en plena vía pública mientras las unidades estaban en funcionamiento.

Aunque no se registraron heridos, la reacción de los pasajeros dejó en evidencia el nivel de temor que genera la inseguridad en las calles. 

El primer hecho ocurrió en la zona de Gambetta, en el Callao, cuando un grupo de delincuentes a bordo de un automóvil interceptó un bus de la empresa de transporte público La Roma.

El ataque se produjo cuando la unidad circulaba cerca de la refinería La Pampilla y estaba repleta de pasajeros. Los atacantes realizaron varios disparos, lo que desató el pánico dentro del vehículo. 

Testigos relataron que algunas personas se agacharon de inmediato, otras lloraban y hubo quienes tuvieron crisis nerviosas. Una de las pasajeras intentó calmar a otra mujer que se encontraba acostada en el asiento, presa del miedo. “Señor, dame la mano”, se le escucha decir en un video grabado desde dentro del bus.

Los disparos no causaron víctimas, y el vehículo fue trasladado a la comisaría de Ventanilla, donde quedó retenido para las diligencias correspondientes. Hasta el momento, no se ha confirmado si el ataque responde a un caso de extorsión. 

Horas después, otra situación de peligro se vivió a bordo de un bus del Metropolitano que cruzaba cerca de la estación Parque del Trabajo.

Cuando la unidad pasaba por esa zona, los pasajeros escucharon una ráfaga de disparos. El pánico se apoderó de los usuarios que, entre gritos y desesperación, se agacharon, se cubrieron como pudieron y suplicaban al conductor que aumentara la velocidad. 

Comunicado de ATU

ATU confirmó que no se trató de un ataque al servicio del Metropolitano. Según la información oficial, un efectivo policial realizó disparos disuasivos al aire para evitar que sujetos armados ingresen al paradero.

Pese a ello, el temor se apoderó de los pasajeros, quienes temían ser alcanzados por una bala perdida.

Ambos hechos, ocurridos el mismo día en distintas zonas de la capital, reflejan un problema que se agrava con el paso del tiempo: la criminalidad y la falta de seguridad que enfrentan miles de limeños al trasladarse por la ciudad. Aunque esta vez no hubo víctimas, la sensación de vulnerabilidad y miedo crece en cada incidente.