Escuadrón de la muerte: da su testimonio una pieza clave para la Fiscalía
En principal investigado es el comandante de Inteligencia, Enrique Prado Ravines
Lo que se está investigando es si existió una organización criminal conformada por policías y civiles “soplones” que captaban a delincuentes y a aprendices a serlo, para engañarlos, incitarlos a cometer delitos y centrarlos para luego acribillarlos, los ejecutaban extrajudicialmente haciendo de la lucha contra la inseguridad ciudadana su particular negocio de sangre, ego, reconocimiento y dinero robado de las partidas de inteligencia.
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Hasta el momento están en investigación una decena de operativos en Lima y provincias donde murieron más de 20 personas. En el centro de la historia y como presunto cerebro de esta organización está el comandante de Inteligencia Enrique Prado Ravines, quien se declara inocente y víctima de una vendetta con galones.
Pero el testigo de la Fiscalía, quien reconoce haber sido informante del comandante Prado Ravines y haber participado en los hechos, sigue hablando.
“Han estado echados en el piso, ya desarmados y los policías los ejecutaron”, dijo el testigo del Ministerio Público en exclusiva a Cuarto Poder.
Los familiares de las víctimas callados por años buscan ahora también decir su verdad, la historia que van reconstruyendo con el paso del tiempo. Más operativos se ponen en la mira y más muertos se remueven.
CASO ATE VITARTE
El 9 de octubre del 2014, tres presuntos delincuentes, dos de ellos de nacionalidad colombiana murieron en un enfrentamiento con la policía. La versión oficial fue esta.
“Nos llegó información que un banda de ‘marcas’, a la cual pertenecería unos colombianos, decidieron dar un golpe en este sector (…) se cruzaron con el patrullaje de la Policía y ahí se dio el enfrentamiento, abrieron fuego contra los agentes”, dijo el entonces ministro del Interior, Daniel Urresti.
La versión que cuenta el testigo de la Fiscalía es bien distinta. Asegura que él mismo ayudó a captar, incentivar y engañar a los presuntos delincuentes asegurándoles que en este edificio vivía un empresario al que se podía asaltar fácilmente. Que no hubo ninguna persecución callejera ni un encuentro fortuito, los estaban esperando aquí en este edificio.
“Yo engañe a uno, al resto el ‘Viejo Lucho’ indicándole que había un asalto a un empresario maderero (…) el empresario era fingido, dentro del grupo los informantes también se hacían pasar como empresarios”, relató el colaborador de la Fiscalía.
Dice que el trabajo se hizo tan al detalle que en los días previos al golpe, los presuntos delincuentes reglaron la vivienda.
Habla una y otra vez del ‘Viejo Lucho’, otro de los informantes del comandante Enrique Prado Ravines, que al parecer lideraba el grupo de los soplones a sueldo y que ya habría sido identificado por las autoridades.
En las imágenes de archivo se ve saliendo del carro del entonces ministro Daniel Urresti a Enrique Prado Ravines, luego de terminado el operativo. El relato del testigo, que deberá ser validado o desechado por la Fiscalía, hiela la sangre, habla además de ejecuciones extrajudiciales.
El único sobreviviente del enfrentamiento declaró en su manifestación que estaba dentro del vehículo estacionado frente al edificio cuando llegó la policía y empezó a disparar. Asegura que se rindió con las manos en alto sin embargo los acribillaron. Y que recién pidió ayuda cuando llegó la prensa.
El abogado del comandante Enrique Prado Ravines insiste en que el testigo de la Fiscalía miente y que además está siendo manipulado.
“Si reconoce que ha sido informante, no en todos los casos, está siendo manipulado, utilizado y pagado ¿por quién? Para mi patrocinado en el que le ha hecho la denuncia: el comandante Romero”, dijo el abogado de Enrique Prado Ravines.
El comandante Franco Moreno, cuyo hermano murió en uno de estos operativos, fue quien denunció irregularidades en este y otros operativos. El comandante Moreno, no tiene permiso de su comando para dar declaraciones, pero hizo saber que las imputaciones en su contra son falsas.
CASO PUENTE SANTA ANITA
En el 2012 tres presuntos delincuentes murieron en un enfrentamiento con la Policía a la altura del Puente Santa Anita en Lima.
Tres personas murieron, una resultó herida, 7 fueron capturados y ningún efectivo resultó herido. En su momento la Policía tuvo que pedir disculpas públicas porque cuatro de los detenidos, varios de ellos golpeados, no tenían nada que ver con el asunto.
Un operativo de película donde los policías parecían disfrutar el despliegue de cámaras y flashes buscando a los presuntos fugados en un centro comercial. Buscaron frente a los reflectores hasta dentro de las refrigeradoras.
Aparece una vez más el nombre del ‘Chato Juan’, uno de los informantes del comandante Enrique Prado Ravines. Christian Gamonal, mecánico de profesión, ha estado todo estos años dándole una y mil vueltas a lo que pasó ese día.
Los tres presuntos delincuentes muertos tenían antecedentes penales, uno en particular alias Luigi era un viejo y peligroso conocido de la policía, Carcamo era su feudo. Su hermano augusto también había estado una vez en prisión.
CASO COOPERATIVA VILLA SAN FRANCISCO
Otra vez en Santa Anita, el 10 de septiembre del 2014, un presunto delincuente murió y tres fueron detenidos. El testigo de la Fiscalía reconoce haber captado a uno de los presuntos delincuentes.
En el lugar, como ha quedado registrado en el archivo, también estuvo el comandante Enrique Prado Ravines.
Los operativos en investigación ocurrieron entre el 2012 y el 2015 en Lima y provincias. La Inspectoría de la Policía recibió la denuncia en el 2015, hasta la fecha no ha resuelto la parte de sanción o absolución administrativa, lo que sí hizo Inspectoría, porque no tiene competencia para investigar delitos comunes, fue remitir la denuncia a la 35 Fiscalía Penal de Lima.
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Luego de hacerse pública la denuncia, el caso ha pasado a una Fiscalía de Crimen Organizado. En paralelo y desde el año pasado en Chincha se lleva a cabo un proceso contra siete efectivos SUAT por su participación en un operativo donde murieron cuatro presuntos delincuentes. La fiscal ya pidió su detención preventiva.