Papa Francisco: "¿Saben qué es la monja chismosa? Es terrorista peor que los de Ayacucho"
El pontífice hizo un llamado a rezar por los presos y migrantes, y pidió descartar los chismes
El papa Francisco llegó esta mañana a la iglesia de Las Nazarenas para el rezo de la hora tercia con las religiosas de vida contemplativa. La actividad fue la primera que realizó este domingo 21 de enero en el marco de su último día de visita en el Perú.
Durante su intervención hizo un llamado a las religiosas a no ceder a las quejas ni a "los chismes", sobre los cuales hizo mayor énfasis en su mensaje. Asimismo, les pidió mantenerse firmes en la búsqueda de esperanza, gozo y en la constancia al rezar e interceder. "Recen e interceden por muchos hermanos y hermanas presos, emigrantes, refugiados y perseguidos; por tantas familias heridas, por las personas sin trabajo, por los pobres, por los enfermos, por las víctimas de dependencias, por no citar más que algunas situaciones que son cada día más urgentes", dijo.
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La actividad se realizó pasadas las 09:00 de la mañana y el pontífice recordó lo perjudicial que pueden llegar a ser los rumores al interior de la hermandad, lo cual lo llevó a hacer un símil entre el terrorismo y el chisme. "Esto lo he dicho muchas veces así que lo repito. ¿Saben qué es la monja chismosa? Es terrorista peor que los de Ayacucho hace años, peor, porque el chisme es como una bomba: tira la bomba, destruye y se va tranquilo. Monjas terroristas no, sin chisme, ya saben el mejor remedio para no chismear es morderse la lengua".
Francisco aseveró que en un convento no pueden tener cabida los reclamos constantes y en esa línea apuntó: "La santa madre decía: 'Ay de la monja que dice me hicieron sin razón, me hicieron una injusticia. En el convento no hay lugar para las coleccionistas de injusticias, sino hay lugar para aquellas que abren el corazón y saben llevar la cruz, el amor, la cruz fecunda, la cruz del amor, la cruz que da vida".
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El pontífice recordó la condición de clausura en la que viven las religiosas contemplativas y les hizo un llamado a no tener "el corazón encogido" y a mantener el gozo a flote.
"Queridas hermanas, sepan una cosa, la Iglesia no las tolera a ustedes ¿eh? ¡Las necesita! La Iglesia las necesita con su vida fiel, sean faros con su vida fiel e indiquen a aquel que es camino, verdad y vida, al único Señor que ofrece plenitud a nuestra existencia y da vida en abundancia", remarcó al finalizar su discurso.