Vizcarra sorprendió y saludó personalmente a asistentes a la Gran Parada Militar

Las horas se respetaron escrupulosamente. Tanto que el presidente Martín Vizcarra tuvo tiempo para bajarse del Jeep en el que iba y saludar personalmente a los ciudadanos que esperaban por la Gran Parada Militar.

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El mandatario, investido con la banda presidencial y flanqueado por su seguridad y altos mandos del Ejército, se acercó a los vallados ubicados a cada uno de los lados en la avenida Brasil.

Tras el enrejado, decenas de manos se extendían y las cámaras de los celulares enfocaban al mandatario. Los ciudadanos buscaban sacar la mejor instantánea en el momento.

Vizcarra buscaba la cercanía con el público y la logró. Entrelazó sus manos con la de mujeres, niños y vecinos que respondieron con emoción el saludo. 

Sin embargo, también hubo espacio para pedidos urgentes. El pueblo habló.

"Presidente, bote a todos los corruptos, presidente", gritaban mujeres haciendo sentir su indignación por los últimos casos que han implicado a miembros del sistema judicial.

Levemente, el mandatario asintió sin perder la sonrisa y continuó su camino. La intención de una nueva imagen y el mensaje de la cercanía con el pueblo tras la propuesta del referéndum propuesto ante el Congreso el día anterior estaba dada.