Navidad: personas también pueden sentir rabia, dolor y depresión

A pocos días de las festividades de fin de año, las publicidades de familias perfectas celebrando la Navidad, niños felices y parejas unidas suelen ser cada vez más comunes, por lo que muchas personas pueden sentirse comprometidas a estar alegres cuando interiormente sienten lo contrario.

Ante esta situación, se debe saber identificar las experiencias que se vivieron durante la Navidad en la infancia, evaluar cómo fue y trabajar sobre ello mediante ayuda profesional pues muchas veces la celebración de esta fecha no es como lo esperado.

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Muchas personas se sentirán alegres y felices y compartirán esas emociones con sus amigos y familiares, pero también hay otras personas que se sienten comprometidos a sentirse alegres y compartir en un día que tal vez sientan rabia, cólera, tristeza, frustración y quisieran desaparecer. Así lo señala el Dr. Humberto Castillo, director general del Instituto Nacional de Salud Mental.

El especialista indicó que las efemérides movilizan emociones satisfactorias, como si el mensaje fuera “tienes que estar alegre”, pero también se activan emociones contradictorias como depresión y de dolor; por tanto no tendrían porque que recordarse y plantearse como si fueran totalmente positivas. Hay algunas personas que observan este lado frustrante de la navidad y están en contra, o se aíslan, pero no se dan cuenta.

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Sostuvo que en estas fechas hay una expectativa y hay una realidad.  Si la expectativa coincide con la realidad la persona lo va a experimentar positivamente; pero si no coincide,  va a experimentar  frustración.

“Si esperas reunirte con alguien y no ocurre, si esperas un regalo y no lo tienes va ocurrir una frustración; entonces en otro año puede activarse esos recuerdos inconscientes de experiencias desagradables, conflictivas o doloras. Algunos pueden disimular, otros  pueden expresar  una emoción de cólera, de rechazo y se declaran anti Navidad”, agregó.

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Otras personas, asegura, pueden sentir emociones contradictorias y difusas por lo que muchas veces cometen actos fallidos como por ejemplo llegar tarde a la fiesta, quedarse dormido o enfermarse en un intento de “boicotear” la celebración de manera inconsciente.