Policía golpeado por congeladora durante rescate en río Rímac retomó sus labores
El oficial Jhoao Jolkeda Loyola, miembro del Escuadrón de Emergencia, considera que es un ejemplo en carne y hueso de lo que significa un milagro
Aquel 22 de marzo, el terror y desesperación del momento se vieron reflejados en los gritos de las personas que se encontraban en la ribera del Rímac.
La caída de una refrigeradora encima de un rescatista de la Policía Nacional estremeció a todos y lo sucedido dio la vuelta al mundo.
El oficial Jhoao Jolkeda Loyola, miembro del Escuadrón de Emergencia, considera que es un ejemplo en carne y hueso de lo que significa un milagro. “Siento que dios estuvo conmigo”, expresó.
Junto a bomberos y al Escuadrón de Emergencia, Jhoao Jolkeda descendió al borde del río para buscar María Rossana Reyes Lizárraga y su hijo Rubén Flores quienes desaparecieron de su vivienda tras el colapso de su vivienda en la avenida Morales Duárez.
Los deslizamientos le avisaron que volver a terreno seguro no sería tarea fácil. El rescatista fue el último en intentar salir y darles prioridad a sus compañeros casi le cuesta la vida. Sin embargo, acepta y valora su vocación.
Jhoao ya puede caminar por su propia cuenta y los cinco puntos en su mentón son el único mal recuerdo de un accidente que pudo terminar en tragedia. Hoy en día lo que le preocupa es recuperarse al 100 % para poder volver usar su uniforme en las calles.
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