Transportistas suben tarifa por extorsiones en Lima
Los pasajeros de la Línea B deben pagar S/ 0.50 adicionales en el pasaje diario. Esta alza no responde al alza del combustible ni a una mejora del servicio, sino a la necesidad de los transportistas de cubrir los cupos que extorsionadores les exigen para no atacarlos.
El nuevo tarifario ha sido colocado en las unidades que cubren la ruta Los Olivos – Cercado de Lima, según denunciaron los propios usuarios. “Cincuenta céntimos más porque tienen que pagar los cupos, eso dice el aviso”, comentó una estudiante universitaria.
¿Por qué subió el pasaje en la Línea B?
Los conductores aseguran que la medida busca cubrir los pagos extorsivos que deben realizar cada pocos días. Según testimonios, los extorsionadores exigen hasta 50 dólares cada tres días, lo que representa un gasto constante y obligatorio.
“No es por gusto que se sube el pasaje. Estamos pagando para poder salir a trabajar sin que nos maten”, explicó un chofer que pidió mantener su identidad en reserva. Otros transportistas aseguran que no pueden negarse a pagar porque las amenazas son directas y violentas.
¿Qué opinan los transportistas afectados?
Muchos conductores no quieren hablar por temor a represalias. “Sí, tenemos miedo. Hay amenazas todo el tiempo”, afirmó uno de los choferes mientras esperaba su turno para salir. La extorsión se ha convertido en una parte más del costo operativo diario.
“Pagamos todos los días. A veces en dólares, a veces en soles. Nos exigen motos, celulares o dinero”, relató otro conductor, quien dijo cubrir la ruta desde el cono norte hasta el Cercado de Lima. A pesar de pagar, aseguran que el miedo no desaparece.
¿Esta situación afecta a más líneas?
Según los propios transportistas, no es solo la Línea B. La práctica del cobro de cupos se ha extendido a otras líneas de transporte público en Lima. Para muchos, ya es parte de su “gasto fijo” diario, junto con el combustible y el mantenimiento del vehículo.
“El problema es que no hay protección. Uno paga porque tiene miedo. Si no pagas, te disparan o te queman la unidad”, afirmó otro conductor. Los extorsionadores operan con libertad, y las denuncias son escasas por temor a represalias mayores.
¿Qué riesgos enfrentan los conductores?
Salir a trabajar cada mañana se ha convertido en un acto de valentía. “Uno ya no sabe si va a volver. Pagamos, pero igual tenemos miedo”, expresó un transportista. La mayoría evita hablar con la prensa o con la policía, temiendo por su vida y la de su familia.
El incremento del pasaje por razones de seguridad refleja una realidad cada vez más frecuente en Lima Metropolitana, donde la extorsión ha encontrado en el transporte público una fuente constante de ingresos ilegales.