Marruecos: dos turistas fueron asesinadas cuando subían una montaña
La mayoría de los excursionistas y alpinistas locales prefiere no hablar con los periodistas sobre este suceso que alteró la vida de Imlil, una ciudad de 10.000 habitantes
El asesinato de dos jóvenes alpinistas escandinavas en el monte Tubqal, en el sur de Marruecos, preocupa a los habitantes de la localidad de Imlil, que temen los posibles efectos negativos de este suceso en la llegada de turistas. La mayoría de los excursionistas y alpinistas locales prefiere no hablar con los periodistas sobre este suceso que alteró la vida de esta pequeña ciudad marroquí de 10.000 habitantes, que vive gracias al turismo natural y la agricultura.
En la parte más elevada de este seco valle, famoso por sus senderos de montaña, fueron hallados el lunes los cuerpos de las dos jóvenes turistas escandinavas, asesinadas en el campamento al aire libre donde pretendían pasar la noche, según informaciones obtenidas por la AFP en Imlil.
Las encontraron con "signos de violencia con arma blanca" en el cuello, informaron en un primer comunicado las autoridades marroquíes, que rápidamente anunciaron la detención de un sospechoso en Marrakech, la capital turística del país, próxima al lugar de los hechos. Desde entonces, no se dieron más informaciones sobre la investigación realizada por la Oficina central de investigaciones judiciales (BCIJ), los "agentes especiales" de la policía encargados de la lucha antiterrorista.
Louisa Vesterager Jespersen, una estudiante danesa de 24 años, y su amiga noruega Maren Ueland, de 28 años, emprendieron un viaje juntas por Marruecos durante un mes. "Discutí con ellas aquí mismo", explicó a la AFP el responsable de un restaurante local, vestido con un anorak y un gorro.
"Estaban sonrientes y llenas de energía. Me dijeron que querían escalar el Tubqal", la cima más alta en el norte de África, con una altitud de 4.167 metros, recuerda el responsable del restaurante, quien asegura que "les propuso ponerlas en contacto con un guía pero ellas rechazaron este ofrecimiento".
Buena parte de los habitantes de Imlil prefiere callarse para "no perjudicar la imagen de la región". Algunos de ellos afirman haber recibido presiones de la parte de las autoridades para que no hablen a los periodistas.
"No eran de aquí"
"Nuestra región es segura, aquellos que hicieron eso no eran de aquí", defiende Mohamed, un hombre de unos 60 años propietario de un hostal familiar, situado en la calle asfaltada que lleva hacia el centro de Imlil. Otro hotelero acusa a "tres sintecho", procedentes de un barrio popular de Marrakech, que instalaron su tienda de campaña cerca de la acampada de las víctimas.
Los cuerpos fueron encontrados "uno en el interior de la tienda y otro en el exterior decapitado", añade este hotelero, que asegura haber estado en el lugar del crimen "antes que la policía". Algunos medios marroquíes también hablaron de una "decapitación", pero las fuentes oficiales no confirmaron esta información.
De momento, no se privilegia la pista terrorista. Tras ser golpeado por el terrorismo en 2003 en Casablanca, con 33 muertos, y en 2011 en Marrakech, con 17 muertos, Marruecos prácticamente no sufrió ataques yihadistas, a diferencia de sus países vecinos. El turismo natural tiene un gran peso en la economía de Imlil, situada a 90 kilómetros de Marrakech.
"Es una mala noticia para la región, no tengo ninguna duda de que habrá anulaciones", afirma preocupado Hosein, un guía local. "Es muy triste, aún más sabiendo que son dos mujeres", asegura Karen, una turista de Nueva Zelanda que se desplazó hasta Imlil para hacer senderismo. "Voy a ir hasta allí", afirma Nicolas, un suizo robusto que espera impaciente la reapertura de los caminos de montaña para volver a ir de excursión. "No he cambiado mis planes y acamparé esta noche por el camino", añade.
AFP
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