Carapongo: resiliencia en comunidades afectadas por huaycos e inundaciones
Un proyecto internacional en esta zona golpeada por El Niño Costero identifica urgencia de atención en salud mental para población damnificada
Por: Elaine C. Flores
Por las condiciones actuales del cambio climático, se espera que eventos como el fenómeno El Niño ocurran con mayor frecuencia e intensidad. Existe una fuerte asociación entre los desastres naturales y el desarrollo o el empeoramiento de desórdenes mentales en las poblaciones donde estos ocurren. El impacto de estos trastornos, a nivel individual, familiar y comunitario es muy tangible, pero sus consecuencias serán aún peores en los grupos vulnerables: personas de bajos recursos, niños y ancianos, mujeres, personas con desórdenes mentales previos, y quienes carezcan de redes de apoyo social y material.
Las áreas que son consideradas en alto riesgo de inundación – como las riberas de los ríos en comunidades costeras – no deberían ser habitadas, sin embargo, estos terrenos son usualmente los únicos que pueden permitirse los ciudadanos de menores recursos, como es el caso de Carapongo.
En este complejo escenario, casi 10 meses después del fenómeno de El Niño Costero en el año 2017, se realizó un proyecto de salud mental en el Centro de Salud de Carapongo, entre el 19 de diciembre 2017 y 17 de enero 2018. Fue financiado por el esquema de becas de Participación Pública del London School of Hygiene and Tropical Medicine, Inglaterra y contó con diversas colaboraciones individuales e institucionales peruanas. Los participantes fueron adultos de ambos sexos, procedentes de los A.A.H.H de Carapongo, afectados por los huaycos e inundaciones de marzo 2017.
Los 28 participantes recibieron herramientas de expresión no verbal, utilizando la metodología PhotoVoice© (fotografía de participación social) y actividades de arte-terapia. Su objetivo fue ayudarlos a seleccionar y retratar sus propios motivos de resiliencia, identificando cuales fueron los factores que les habían ayudado a superar las dificultades impuestas por El Niño y participar en un diálogo grupal abierto sobre sus experiencias y necesidades insatisfechas en salud mental.
Los resultados causaron una gran impresión, tanto en el equipo organizador como en los participantes. La gran mayoría reportó tener poca o muy poca experiencia previa usando cámaras y materiales de arte; todos expresaron comentarios positivos sobre su participación y aprendizaje de estas herramientas para expresar y compartir sus puntos de vista, experiencias personales, emociones o incluso poder hacer reportes sociales.
El equipo organizador había anticipado que individualmente, los participantes retraten y creen imágenes con motivos de superación de adversidades personal. Sin embargo, la mayoría de imágenes y fotografías son muy similares: las riberas del río Rímac – lugar de las inundaciones -; las duras condiciones de vida que padecen, careciendo servicios básicos como agua corriente y alcantarillado; otras, sus necesidades actuales y sentimientos de preocupación por vivir escenarios similares en el futuro, al no percibir que haya habido cambios efectivos o seguridad para ellos o sus familias.
Sus pinturas muestran las expectativas de cambios que desean ver en Carapongo: áreas verdes, caminos pavimentados, casas construidas con materiales sólidos, parques y áreas de paseo para las familias, cultivos etc. Es claro que los afectados vierten sus esperanzas de reconstruir sus vidas acompañadas con cambios tangibles en su entorno.
Claramente, las voces de los participantes expresan sus propios sentimientos de pérdida, la sensación de abandono por las autoridades y frustración por el lento proceso de reconstrucción. Todos estos son factores que contribuirían a la cronicidad de los desórdenes mentales en este tipo de escenarios. Si tomamos en cuenta que estos trastornos son una parte importante de la carga de enfermedad y discapacidad nacional, y que, en Perú solo el 15-20% de personas podrán acceder a un tratamiento de salud mental aun necesitándolo, el panorama para estas personas afectadas es aún más turbio que el rio, con el que diariamente conviven.
*Elaine C. Flores es MD, MSc y PhD Candidate. Investiga en el Centre for Global Mental Health del London School of Hygiene & Tropical Medicine, en el Reino Unido.