Accidente Fatal: Avenida Brasil, una pista sin ley

La concurrida avenida que une cinco distritos de Lima Metropolitana se ha convertido en el escenario donde los conductores violan todas las normas de tránsito

Sobre la pista misma se indica que solo está permitido el paso de buses

En estas pistas corren historias de impresionante impunidad. Es un accidente de tránsito más, pero grafica una anarquía sobre ruedas. La suma de todas las prohibiciones de tránsito sistemáticamente violadas en un mismo lugar.

Imágenes inéditas del accidente en la avenida Brasil de esta semana muestran a Víctor Sánchez Guevara, el joven conductor del automóvil que hizo un giro temerario y chocó con la moto en la que Briggite Paisig iba como pasajera.

Esa tarde Sánchez, de 30 años, conducía con el brevete suspendido, mientras que Luis Bravo, conductor de la motocicleta siniestrada, iba también con la licencia para moto y SOAT vencidos. Ambos ingresaron a una vía restringida y no respetaron el límite de velocidad. Ambos pudieron matar o morir.

Ambos están en libertad. Toda esta temeridad sigue siendo considerada un hecho culposo. Una vía de doble sentido es la avenida Brasil. Posee cuatro calzadas de circulación, de las cuales dos han sido convertidas en un corredor central exclusivo para transporte público de pasajeros.

Sobre la pista misma se indica que solo está permitido el paso de buses. Los autos y motocicletas deben ir por las calzadas laterales, aunque un paseo a la playa del domingo 26 de febrero nos enrostra por qué el Perú es el segundo país con peores conductores del mundo, solo detrás de Tailandia.

Brigitte, chiclayana, de 22 años. Vino a Lima en busca de oportunidades laborales y una dosis de adrenalina, sin duda. Ese domingo registró un video en el que se le veía con el casco puesto al igual que sus amigos. Iba en una de las cinco motos de moda que puede correr hasta 165 KM por hora.

Luis Bravo Mori conducía esa moto. Un chico de 30 años con quien días antes, Brigitte estuvo de viaje en Cajamarca.

Llegar a la playa por la costanera en San Miguel era el plan cerca de las 6 de la tarde. La ruta los llevó por la avenida Brasil y en cuestión de segundos las cinco motos estaban en medio del corredor prohibido para motos.

Iban de este a oeste superando claramente los 50km por hora, velocidad máxima impuesta en esta vía. Dos de las motos aparecen en el carril izquierdo de la calzada, una de ellas acelera y parece querer sobrepasar a un automóvil que sin dudar decide girar en U.

En la zona una cámara de video vigilancia registró el aparatoso choque y la expulsión de Brigitte en un impresionante movimiento parabólico.

Llevar un casco con cámara integrada permite hoy reconstruir los hechos lo más fiel a la realidad.

En su manifestación policial, Víctor Sánchez ha dicho que el embrague de su vehículo presentó un desperfecto y tras ello decidió retornar a plaza Bolognesi en busca de un taller para arreglarlo. Que cuando estaba dando la vuelta en U, una moto lo chocó de improviso por lo que bajó del carro a auxiliarlos. A los policías les ha dicho también que puso las luces intermitentes.

A Sánchez, lo desmienten los videos. No hizo señal alguna al momento de dar vuelta en U. En cambio, se observa que la motocicleta encendió sus luces de freno, aunque el tiempo y espacio para reaccionar fueron demasiado cortos.

Manuel Luque Casanave, perito del centro de peritaje del Colegio de Ingenieros del Perú ha tomado como referencia un dato del parte policial para analizar la parte física del movimiento en este accidente. Catorce metros es la distancia entre el punto del choque y el punto de caída de Brigitte.

En función a este dato Luque ha estimado que la moto comenzó a desacelerar a 4 metros de distancia del automóvil pasando de una velocidad aproximada de 60 a 41 km x hora. Esta maniobra habría tomado apenas medio segundo.

Tras el choque frontal de la moto, Brigitte ha salido expulsada en lo que llaman los expertos un movimiento parabólico de casi tres metros de altura. Y se calcula que estuvo en el aire 1.4 segundos.  

Víctor Sánchez Guevara, el conductor del auto, tiene una conducta infractora recurrente. El día del choque ya registraba ocho papeletas por violar el reglamento de tránsito, pese a ello, cometió tres infracciones más: conducir con la licencia suspendida desde el año 2021, ingresar a una zona restringida y realizar una maniobra temeraria.

Si bien en el lugar del accidente la policía no encontró evidencias físicas como huellas de frenadas, el hallazgo de evidencias materiales abona en la magnitud de la colisión.  El parachoque del automóvil terminó completamente roto, el guardafango abollado, el techo posterior lateral izquierdo hundido y la ventana destruida. A la motocicleta se le rompieron los faros, se le abolló el tanque de gasolina y el timón, barras telescópicas y manijas terminaron destrozados.

Esta imagen muestra que mientras el conductor Víctor Sánchez le reclamaba al chofer de la moto, la joven chiclayana seguía tendida sobre la pista. Luis Bravo terminaría con heridas de tórax y un brazo roto. Su amiga se llevaría la peor parte.  Brigitte padece los estragos de múltiples golpes en el cuerpo, una herida cortante en la cabeza y otra aún más grave en la rodilla.

Ni el conductor del auto ni el de la moto cubrieron los gastos del accidente. La noche del 26 de febrero Brigitte fue trasladada a la clínica Stella Maris, pero por falta de SOAT no la atendieron. Tampoco a Luis Bravo, quien en el colmo de la criollada intentó activar el seguro de su moto tres horas después del accidente. Ambos tuvieron que ser trasladados al Hospital Santa Rosa de Pueblo Libre.

En el extremo de la inoperancia del sistema, a Sánchez, conductor de la moto, le hicieron el dosaje etílico dos horas después del accidente y a Bravo, conductor del auto, cinco horas después porque según esta acta, el policía a cargo de extraer la muestra estaba en Puente Piedra y tardaría horas en volver. Ambos resultados salieron negativos.

Dicen sus parientes que Sánchez no vive en la casa de Santa Anita que la propia Policía constató como su domicilio un día después del accidente.  Hoy está en libertad pese a que se le investiga por el delito contra la vida, el cuerpo y la salud en la modalidad de lesiones leves.

Un día después de este aparatoso accidente sucedió otro exactamente igual. Dos venezolanos en una moto lineal chocaron con un automóvil que también quiso dar vuelta en U. Cuando la policía quiso intervenirlos en la Clínica San Felipe los médicos informaron que ambos estaban en cuidados intensivos.

Pese a ser una vía metropolitana, la Municipalidad de Magdalena viene construyendo un sardinel en busca de evitar nuevos accidentes. Una medida de concreto que ojalá los conductores logren verla sin ignorarla.

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