Fiestas Patrias: PPK y un análisis de su primer año de gestión
El presidente tuvo en frente a la oposición del Congreso, el escándalo Odebrecht y el fenómeno de El Niño costero
El presidente Pedro Pablo Kuczynski acaba muy debilitado políticamente su primer año de gobierno (2016-2021) con una popularidad del 32%, después de los contundentes golpes recibidos de la naturaleza, así como los látigos de la corrupción y de la oposición en el Congreso.
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El mandatario, de 78 años, asumió la presidencia de Perú el 28 de julio de 2016 tras imponerse por sólo 41.000 votos a Keiko Fujimori, la hija del encarcelado expresidente Alberto Fujimori, pero su exrival electoral lo ha mantenido cautivo de las decisiones del Congreso, que su bancada domina ampliamente.
La mayor prueba de que el fujimorismo está logrando ganar el pulso político al Ejecutivo es el anuncio hecho por Kuczynski de que se evaluará un indulto humanitario, o "perdón médico", como lo ha llamado, para Alberto Fujimori, una opción que rechazó en campaña y al asumir la presidencia hace 12 meses.
El jefe de Estado inició su gestión con la mira puesta en los proyectos de inversión estancados, pero a los pocos meses tuvo que dirigir toda su atención a la emergencia declarada por el fenómeno de El Niño costero, cuyas lluvias inundaron varias regiones del país y dejó a más de un millón de pobladores afectados.
La popularidad del mandatario, economista de profesión, subió a 45 % en plena emergencia, cuando desplazó a todo su gabinete ministerial a supervisar las labores de atención a los damnificados, pero el impacto del fenómeno natural ha sido devastador para la economía, que con suerte podrá acercarse al 3 % en 2017.
En paralelo, Kuczynski vio estallar las acusaciones de presunto soborno, declaradas por la empresa brasileña Odebrecht, contra sus antecesores Alejandro Toledo (2001-2006), del que fue primer ministro y ministro de Economía, y Ollanta Humala (2011-2016), ahora en prisión preventiva junto a su esposa Nadine Heredia.
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El impacto de las denuncias salpicó al propio gobernante, dado que la hoy exprocuradora anticorrupción Katherine Ampuero pidió al Ministerio Público que también lo investigue por unas transferencias de dinero de Odebrecht a empresas supuestamente vinculadas con él.
"No he recibido nada de Odebrecht… es completamente falso", respondió Kuczynski sobre las acusaciones de Ampuero, que desde ese momento se ganó el enojo del Ejecutivo y su labor concluyó este mes.
Durante su primer año en el Palacio de Gobierno, Kuczynski dejó también en evidencia el débil peso de su bancada en el Congreso y del escaso margen de acción con otras fuerzas políticas.
La lideresa izquierdista Verónika Mendoza, excandidata presidencial por el Frente Amplio, le ha dicho a Kuczynski que un indulto a Fujimori sería "una traición a la patria y una puñalada a la democracia" durante una reciente marcha de protesta.
Una eventual excarcelación de Fujimori también significaría la salida de un par de ministros del gabinete, tal como se ha manifestado en las últimas semanas.
Por otro lado, Kuczynski ha tenido en su esposa, la estadounidense Nancy Ann Lange, a una colaboradora discreta que no dudó en movilizarse con ayuda para los damnificados del fenómeno de El Niño Costero e incluso en recibir el público apoyo del legislador e hijo menor del exmandatario condenado Kenji Fujimori.
Kuczynski, formado en las universidades de Oxford (Inglaterra) y Princeton (Estados Unidos), ha lamentado no haber podido hacer más en el primer año, mientras que los pobladores le reclaman no haber adoptado medidas que combatan la inseguridad ciudadana por la alta incidencia del crimen organizado.
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El desafío de PPK, como es conocido en Perú, es ahora la reconstrucción de las ciudades arrasadas por la naturaleza y asegurar que la justicia alcance a los denunciados por corrupción, principalmente al expresidente Toledo, que vive en Estados Unidos en tanto el Ejecutivo tramita su extradición.
EFE