China condena a muerte a exministro por corrupción
Tang Renjian recibió pena de muerte con suspensión condicional por dos años tras admitir los hechos
El exministro de Agricultura de China, Tang Renjian, fue condenado a pena de muerte con suspensión condicional de dos años, tras ser hallado culpable de corrupción. Así lo determinó un Tribunal Popular, que concluyó que Tang aceptó sobornos en efectivo y bienes por más de 38 millones de dólares entre los años 2007 y 2024.
De acuerdo con la sentencia, los delitos cometidos por el exfuncionario causaron “pérdidas graves para los intereses del Estado y del pueblo”, motivo por el cual se impuso la máxima sanción penal contemplada por la legislación china.
Trayectoria del exministro y detalles de la sentencia
Tang Renjian, de 63 años, se desempeñó previamente como gobernador de la provincia de Gansu y vicepresidente de la región autónoma de Guangxi, antes de incorporarse al Gobierno central. Durante el juicio, confesó los hechos y expresó arrepentimiento, lo que llevó al tribunal a aplicar la fórmula judicial que permite suspender la ejecución durante dos años.
En el sistema penal chino, este procedimiento es habitual en casos de corrupción y puede derivar en cadena perpetua si el condenado mantiene una conducta ejemplar durante el periodo de suspensión.
Parte de una ofensiva más amplia contra la corrupción
La caída de Tang Renjian se enmarca en la campaña anticorrupción liderada por el presidente Xi Jinping, vigente desde hace más de una década. Esta ofensiva ha alcanzado a cientos de miles de cuadros del Partido Comunista, incluyendo a figuras de alto rango dentro del aparato estatal.
Entre los más destacados se encuentran los exministros de Defensa Li Shangfu y Wei Fenghe, ambos destituidos por presunta corrupción. Incluso el actual titular del Ministerio de Defensa, Dong Jun, ha sido mencionado en investigaciones internas.
Instrumento de control político o lucha por la integridad
Si bien la campaña ha sido presentada como una medida para reforzar la transparencia y la ética pública, observadores internacionales señalan que también ha servido para consolidar el poder de Xi Jinping y eliminar potenciales rivales políticos dentro del Partido.
La dualidad entre purga política y lucha institucional contra la corrupción continúa generando debate tanto dentro como fuera de China.
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