Qasem Soleimani y Abu Mehdi Al Muhandis: ¿quiénes eran los enemigos número uno de Estados Unidos?
Uno era el hombre clave de la influencia iraní en Oriente Medio, el otro, el hombre de Irán en Irak. Ambos enemigos número uno de Estados Unidos desde hace décadas.
El general Qasem Soleimani, quien murió en Bagdad (Irak) en un atentado estadounidense, era una de las personas más populares de Irán y un temido adversario de Estados Unidos y sus aliados. El jefe de la Fuerza Qods de los Guardianes de la Revolución, el ejército ideológico de Irán, era responsable de las operaciones de la República Islámica en el extranjero.
Para sus partidarios y detractores, fue el hombre clave de la influencia iraní en Oriente Medio, donde reforzó el peso diplomático de Teherán, particularmente en Irak y Siria.
El avance del grupo yihadista Estado Islámico, el referéndum de independencia en Kurdistán o la formación de un gobierno iraquí: cada vez se reunió con los diferentes partidos y definió la línea a seguir.
Soleimani ya lideraba la Fuerza Qods cuando Estados Unidos invadió Afganistán en 2001. Tras mantenerse lejos de los focos durante décadas, reapareció tras el inicio de la guerra en Siria en 2011, con el apoyo de Irán al régimen de Bashar al Asad. También dijo que estuvo en el Líbano con el Hezbolá chiita durante la mayor parte del conflicto israelo-libanés de 2006.
Según una encuesta de 2018, el 83% de los iraníes tenía una opinión favorable de Soleimani, mejor que el presidente Hassan Rohani.
Abu Mehdi Muhandis
El jefe paramilitar iraquí Abu Mehdi Al Muhandis, quien murió junto con Soleimani, era el hombre de Irán en Irak y enemigo número uno de Estados Unidos en el país. Era el número dos de Hashd Al Shaabi, la coalición paramilitar proiraní que forma parte del aparato estatal iraquí.
En la década de 1980, Al Muhandis, que tiene doble nacionalidad iraquí e iraní, peleó contra el dictador Sadam Hussein en unidades iraquíes formadas en Irán para luchar en la guerra contra Irak. Fue acusado de participar en los ataques de 1983 en Kuwait contra las embajadas de Francia y Estados Unidos, y fue condenado a muerte, en ausencia, por estas explosiones.
En 2005 integró brevemente el Parlamento iraquí en el sistema impuesto por Estados Unidos después de la muerte de Hussein. Según expertos, era el "sistema nervioso central" de los Guardianes de la Revolución.
Con información de AFP
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