Ruta de la cocaína peruana avanza por la Amazonía brasileña
La cocaína peruana usa la red fluvial de la Amazonía para llegar a Brasil y al Atlántico

Organizaciones criminales están usando ríos de la Amazonía para transportar cocaína desde el Perú hacia Brasil y luego al Atlántico, según diversos informes. La región amazónica hoy funciona como una nueva “autopista narco” para ese comercio ilícito.
Investigaciones periodísticas señalan que el volumen de cocaína que atraviesa Brasil más que se ha triplicado en los últimos años. Las rutas fluviales permiten a los traficantes disfrazar la carga en envíos de soya, combustible o madera.
Brasil refuerza su legislación ante la crisis en la Amazonía
El gobierno de Brasil aprobó recientemente una ley que fortalece la lucha contra el crimen organizado, aumentando la protección para agentes públicos que enfrentan a bandas como el Comando Vermelho. Estas mafias han establecido arsenal e infraestructuras en zonas amazónicas.
Según estudios, casi la mitad de la cocaína mundial pasa por rutas que involucran a Brasil y a la Amazonía peruana, lo que indica una redefinición del mercado global de estupefacientes.
Impactos y desafíos en el monitoreo estatal
El tránsito fluvial reduce la supervisión estatal. Las comunidades indígenas en zonas de frontera entre Perú, Brasil y Colombia reportan una fuerte presión de grupos armados que reclutan jóvenes locales. Además, la deforestación vinculada a cultivos de hoja de coca se incrementa en la zona.
Las autoridades peruanas y brasileñas han incrementado las incautaciones, pero el problema persiste ante la adaptabilidad de los traficantes.
Un reto regional para los estados sudamericanos
La ruta no sólo es un desafío para el Perú, sino también para Brasil y el sistema internacional. La proximidad a la vía atlántica facilita la salida hacia Europa y Norteamérica. Las implicancias incluyen la necesidad de mayor cooperación bilateral, inversión en vigilancia fluvial y fortalecimiento institucional en zonas remotas.








