Adelanto de elecciones otra vez en suspenso ante la falta de voluntad política en el Congreso
Con la legislatura cerrada y los congresistas en semana de representación, el adelanto de elecciones sigue en suspenso una vez más
El viernes 17 de febrero era un día crucial en el Congreso de la República. Se celebraba el último pleno de la legislatura y aunque el tiempo jugaba en contra, el adelanto de elecciones seguía en suspenso por séptima vez.
Esta historia que parece una serie de suspenso tuvo un nuevo quiebre la semana pasada. En un supuesto acto de remordimiento, los portavoces de seis bancadas buscaban que se debata un nuevo proyecto de adelanto de elecciones.
Aparentemente, se contaba con 66 votos para aprobar el pedido, pero el Bloque Magisterial, cual pilatos, terminaría solicitando el retiro de su firma.
Sin los votos del bloque magisterial, se necesitaba la adhesión de otra bancada. Se esperaba que sea Alianza Para el Progreso (APP), pero los días pasaban y su vocero Alejandro Soto no firmaba el acta.
Con la adhesión de último minuto de APP, parecía revivir cual Lázaro lo que se había enterrado y sepultado en la comisión de constitución, dos semanas atrás. El último día de legislatura el adelanto de elecciones volvía a ser una posibilidad.
Esa tarde, el presidente del congreso, José Williams, aceptó ampliar la agenda y someter a voto la reconsideración para que la propuesta de adelanto de elecciones vuelva a la comisión de constitución. El anuncio, parecía encender las alarmas del vocero de Renovación Popular.
El congresista Jorge Montoya solo buscaba bloquear la votación que podía traer del archivo el tema de menor consenso posible. El adelanto de elecciones generales para la instalación de un nuevo gobierno y congreso.
En medio de la confrontación, Williams parecía aprovechar el calor del momento para aclarar que cualquier nueva propuesta de adelanto de elecciones se tendría que ver en la segunda legislatura del actual periodo anual de sesiones que culmina el 27 de julio.
Y echaba por tierra cualquier indicio de ampliar la primera legislatura para intentar recuperar el tiempo perdido.
A pesar de la feroz resistencia de Renovación Popular, con 67 votos a favor, 35 en contra y 7 abstenciones, se aprobó que la Comisión de Constitución pueda hacer un dictamen con una nueva propuesta de adelanto de elecciones. Hernando Guerra García, presidente de la Comisión de Constitución, parecía estar entusiasmado con la revancha.
Pero no contaba con la astucia de Renovación Popular y el congresista Jorge Montoya, que pidió una reconsideración de la votación.
A golpe de las ocho de la noche se levantaba la sesión y ponía fin a la primera legislatura. Vimos al presidente del Congreso abandonar el hemiciclo sin poner a debate la última reconsideración del almirante Montoya que buscaba torpedear la séptima vida que, cual felino, parecía tener el adelanto de elecciones.
Lo que sigue es un camino sin un mínimo de predictibilidad. Lo único claro es que, de aprobarse un adelanto de elecciones con mayoría simple o 66 votos, tendría que haber un referéndum para confirmarse la medida. Pero del dicho al hecho hay mucho trecho.
Con la legislatura cerrada, los congresistas inician ahora su semana de representación. La siguiente legislatura empieza el 1 de marzo, pero en realidad poner en voto la reconsideración del congresista Jorge Montoya no tiene fecha, y la Mesa Directiva podría seguir echándole tierrita quien sabe hasta cuándo. Mientras tanto, el adelanto de elecciones seguirá durmiendo el sueño de los injustos.