Nueva masacre en cárcel de Ecuador deja 30 muertos en tres días

Un nuevo episodio de violencia carcelaria en Ecuador deja 17 presos muertos en Esmeraldas, sumando 30 en tres días y expone el control de bandas dentro de las prisiones.
Durante un enfrentamiento entre bandas rivales en la cárcel de Esmeraldas, al norte de Ecuador, masacre carcelaria dejó al menos 17 presos muertos, elevando a 30 la cifra de fallecidos en solo tres días.
El hecho ocurrió en la madrugada cuando se registraron balaceras y gritos en el centro de reclusión costero, donde los reos habrían utilizado armas de fuego y armas blancas, según informes oficiales.
La institución penitenciaria de Esmeraldas, con capacidad para 1 100 internos pero sobrepoblada con más de 1 400 en años anteriores, fue escenario del episodio más reciente de violencia dentro del sistema de cárceles ecuatoriano.

Escalada de violencia en los penales ecuatorianos
Desde 2021, Ecuador ha registrado múltiples matanzas dentro de sus prisiones, siendo una de las más graves aquella de Guayaquil, donde más de un centenar de reclusos fueron asesinados. En ese contexto, la masacre actual se suma al deterioro del sistema penitenciario.
La cifra de 30 muertos en tres días incluye la jornada previa en la prisión de Machala, donde 13 reclusos y un guardia perdieron la vida durante enfrentamientos. Se reportaron heridos y caos al interior del penal.
Expertos en seguridad señalan que estos episodios revelan el poder creciente de bandas criminales dentro de las cárceles, que controlan territorios internos y disputan el dominio con violencia extrema.
Detalles del ataque en Esmeraldas
Durante la intervención oficial, las autoridades confirmaron que se hallaron presos fallecidos por disparos y heridas de arma blanca. Un militar resultó herido al tratar de restablecer el orden.
Imágenes difundidas muestran a decenas de hombres tendidos en el suelo, algunos sin camiseta, otros con heridas severas. En redes sociales se reportaron cuerpos decapitados, aunque esas escenas no fueron oficialmente divulgadas.
Familiares de los reclusos acudieron al penal con desesperación para conocer el estado de sus seres queridos. Voces entre la muchedumbre expresaban angustia ante el silencio institucional.

Respuesta oficial y control militar
La Fiscalía ecuatoriana confirmó la muerte de los 17 presos en Esmeraldas, y señaló que la masacre elevaría a 30 el total en tres días. Además, informó la muerte de un guardia penitenciario en los episodios anteriores.
Desde 2024, los penales ecuatorianos están bajo control militar luego de que el presidente Daniel Noboa declarara un conflicto armado interno contra bandas del narcotráfico. Esa medida busca desarticular la influencia de organizaciones criminales en las cárceles.
El enfrentamiento en Esmeraldas se dio en un contexto de sobrepoblación carcelaria y débil supervisión institucional. La alcaldía penitenciaria sostiene que las cárceles han sido tomadas por estructuras criminales que imponen su orden interno.
Impacto geoestratégico del crimen organizado
Ecuador es una ruta clave para el tráfico de droga proveniente de Colombia y Perú, pues se estima que el 70 % de la cocaína que se dirige a Estados Unidos transita por territorio ecuatoriano. Esto otorga poder estratégico a las mafias que actúan dentro y fuera de los penales.
Las bandas criminales buscan dominar las rutas de exportación y ejercer control dentro de los centros de reclusión. Los motines y masacres son manifestaciones extremas de esa disputa por la hegemonía territorial.
Analistas en la región advierten que el control militar de las cárceles podría ser insuficiente ante la capacidad logística y armamentística de estas organizaciones, que operan con confluencia internacional.
Desafíos institucionales y humanos
El sistema penitenciario de Ecuador arrastra años de debilidades estructurales: hacinamiento, falta de recursos, corrupción y poca capacitación de los guardias. Estas falencias facilitan la expansión de las bandas criminales dentro de los penales.
Los reclusos que no pertenecen a esos grupos sufren en silencio y están atrapados en medio de luchas de poder violentas. Las familias, privadas de información, enfrentan incertidumbre y temor por sus seres queridos.
Comparación con masacres anteriores
La matanza en Guayaquil de 2021 permanece como uno de los episodios más sangrientos en Latinoamérica. En esa ocasión, los reclusos incluso realizaron transmisiones en vivo desde el interior del penal.
Otros ataques se registraron en Esmeraldas en 2023, cuando una treintena de mafiosos ingresaron por mar y vehículos para abrir fuego en un penal ubicado en una zona costera.
Estas violencias recurrentes refuerzan la percepción de que las cárceles son espacios de guerra entre organizaciones criminales y no solo centros de reclusión.
Vigilancia internacional y cooperación penal
Organismos internacionales de derechos humanos han exhortado a Ecuador a reforzar sus protocolos de seguridad y garantizar la protección de los internos.
El país mantiene cooperación con agencias vecinas para el intercambio de inteligencia sobre tráfico de drogas y operaciones criminales transnacionales. Estas alianzas son clave en la estrategia para neutralizar las bandas que dominan el sistema penitenciario.
La masacre en la cárcel de Esmeraldas dejó 17 muertos entre presos, sumando 30 en tres días tras otro motín en Machala con 13 fallecidos y un guardia. Las autoridades reportaron que se utilizaron armas de fuego y armas blancas durante los enfrentamientos. Imágenes muestran cuerpos ensangrentados e internos desnudos. La situación evidencia el control de bandas criminales dentro de los penales. Desde 2024 los centros penitenciarios están bajo control militar en la estrategia estatal contra el crimen organizado.