Venezuela denuncia amenazas de EE. UU. ante la ONU

El canciller Yván Gil pidió apoyo a la ONU ante la movilización de destructores y marines cerca de sus costas.
Venezuela solicitó este martes ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) apoyo frente a lo que considera “amenazas” por parte de Estados Unidos, tras el despliegue de buques y personal militar en el Caribe sur.
La solicitud se formuló a través del canciller Yván Gil, quien exigió el “cese inmediato” de las operaciones estadounidenses en la zona.
Pronunciamiento oficial ante Naciones Unidas
Durante su intervención, el canciller venezolano Yván Gil transmitió al secretario general de la ONU, Antonio Guterres, una solicitud formal de apoyo para "restablecer la sensatez" y detener el incremento de acciones militares cerca de las costas venezolanas.
Caracas calificó el despliegue como una "escalada de provocaciones" que representa una amenaza directa a su soberanía.
El gobierno de Nicolás Maduro enfatizó que la presencia de buques estadounidenses en el Caribe sur constituye una violación a los principios de no intervención, e instó a las instancias multilaterales a pronunciarse en defensa del respeto a la integridad territorial.
Incremento del despliegue militar estadounidense
En las últimas semanas, Estados Unidos ha desplegado una flota de guerra en el Caribe sur, que incluye tres destructores lanzamisiles y 4.000 marines, según fuentes oficiales.
A esta fuerza se sumarán próximamente el crucero lanzamisiles USS Erie y el submarino de ataque USS Newport News, según información extraoficial divulgada por AFP.
El despliegue ha sido enmarcado por la administración del presidente Donald Trump como parte de su política contra el narcotráfico internacional, aunque coincide con el aumento de la recompensa de 50 millones de dólares por la captura del presidente venezolano Nicolás Maduro, acusado por la justicia estadounidense de liderar una organización narcotraficante conocida como el “cartel de los Soles”.
Respuesta de Venezuela con maniobras y despliegue interno
Frente a esta movilización, el gobierno de Venezuela anunció un patrullaje ampliado en sus aguas territoriales, que incluye el uso de drones, buques de la Armada y recorridos fluviales en el noroeste del país.
El ministro de Defensa, Vladimir Padrino, detalló que se han establecido patrullas navales en el lago de Maracaibo y el golfo de Venezuela, además del desplazamiento de unidades de mayor porte hacia aguas internacionales.
También se movilizaron 15.000 efectivos hacia la frontera con Colombia, como parte de operativos que, según Caracas, están enfocados en el combate al narcotráfico. Las autoridades venezolanas insisten en que estas medidas son de carácter defensivo.
Contexto político y relación bilateral
Las tensiones entre ambos países se enmarcan en un largo historial de enfrentamientos políticos. Durante su primer mandato (2017–2021), Donald Trump implementó una política de máxima presión contra el gobierno de Maduro, incluyendo sanciones económicas y un embargo petrolero que aún se mantiene vigente.
No obstante, en su segundo mandato, se reanudaron contactos entre ambas administraciones, principalmente para coordinar la deportación de migrantes venezolanos sin documentos desde Estados Unidos. Varios vuelos con deportados han llegado a Caracas en las últimas semanas.
En paralelo, pese al embargo, se reactivó una licencia especial que permite a la empresa Chevron operar en Venezuela y exportar crudo a territorio estadounidense.
La vicepresidenta Delcy Rodríguez reconoció recientemente que varios buques han partido hacia EE. UU. con cargamentos de petróleo, incluyendo algunos despachados por Chevron.
Fortalecimiento de la Milicia Bolivariana
Como parte de su respuesta interna, Nicolás Maduro ordenó la apertura del registro para nuevos integrantes de la Milicia Bolivariana, una fuerza adscrita a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana integrada por civiles.
Según el mandatario, Venezuela cuenta con 4,5 millones de reservistas listos para defender al país ante cualquier amenaza.
Esta cifra ha sido cuestionada por expertos, quienes consideran que, más allá del número, el cuerpo posee una alta carga ideológica y se utiliza como herramienta de movilización política interna.
La posibilidad de una operación militar directa por parte de EE. UU., sin embargo, es vista como lejana por analistas regionales.
Análisis internacional sobre la escalada militar
Analistas consultados por agencias internacionales consideran que el despliegue estadounidense busca generar presión sobre el gobierno venezolano.
Phil Gunson, del International Crisis Group, sostuvo que la movilización representa un intento de “crear ansiedad en esferas del gobierno” para inducir una negociación.
Hasta el momento, no se ha precisado la fecha ni el lugar exacto del arribo completo de la flota estadounidense al Caribe sur. Mientras tanto, la tensión diplomática y militar entre ambos países continúa escalando.
Venezuela pidió apoyo a la ONU ante lo que considera una amenaza militar de Estados Unidos, tras el despliegue de destructores y marines en el Caribe sur. El canciller Yván Gil solicitó el cese inmediato de estas operaciones. En respuesta, Venezuela movilizó tropas, patrullas y drones en sus aguas territoriales. La situación se da en un contexto de tensas relaciones políticas, marcado por sanciones, deportaciones, envío de petróleo y acusaciones de narcotráfico. El gobierno de Nicolás Maduro activó también la Milicia Bolivariana como parte de su estrategia defensiva.