El aumento de las extorsiones en San Martín de Porres

Este empresario extorsionado en San Martín de Porres no quiere dar su nombre, pero quiere contar su historia. Una banda criminal lo tiene 3 meses bajo su yugo. Le han lanzado un explosivo a la camioneta de su empresa y han disparado en su casa con toda su familia durmiendo adentro.

Este cruel presente le recuerda un violento pasado. Le recuerda que es hijo de peruanos que a inicios de los 90 huyeron del terrorismo en Huaraz. hoy, 30 años después, y ya siendo padre, tiene que esconderse para escapar del crimen organizado en Lima.

A diferencia de Sendero Luminoso o el MRTA, los criminales de hoy llaman por teléfono y escriben por WhatsApp.

Este empresario, a quien llamaremos Martín, trabaja desde que terminó la secundaria como albañil. Dos décadas laborando en la pobreza y en la enfermedad al punto de levantar, 20 años después, 4 pisos de negocio con sus manos. No es el historial para mantener a delincuentes.

Lo que desesperó a los extorsionadores, es que este hombre y su esposa optaron por bloquear las llamadas y hacer una denuncia policial. No hubo investigación de la policía, pero tampoco más llamadas hasta hace 3 semanas.

El pasado viernes 27 de octubre, en hora de almuerzo, los extorsionadores reaparecieron con una bomba artesanal arrojada con la intención de que la camioneta de este empresario explotase y el castigo a su silencio se sintiera en los vidrios y las casas de los vecinos. No hay un mínimo de piedad ni contemplación.

Las cámaras de seguridad registraron a los autores del ataque. En moto los extorsionadores se acercaron en moto. Giraron y a brazo extendido lanzaron el explosivo hacia una de las dos camionetas de la empresa ahí estacionadas.

Este lunes 6 de noviembre, 10 días después de lanzar una bomba a su empresa, los extorsionadores de Martín volvieron con disparos contra su taller y también directo a la ventana del departamento donde vive con su esposa y sus dos hijos menores de edad.

Según las cámaras de seguridad, el ataque de este lunes llegó nuevamente en moto. Los dos hombres avanzaron y uno de ellos levantó el arma y disparó sin parar hacia la fachada, las puertas de metal y las ventanas. Buscaban el piso que, ya saben, la familia ocupa.

San Martin de Porres es uno de los 3 distritos del Perú declarados en Estado de Emergencia desde el 18 de septiembre pasado.

En toda la zona de la avenida Caquetá, las extorsiones que predominan son las de 5 soles diarios para vendedores ambulantes informales, desplegados en la vía y la informalidad. A lo largo de Habich, la Avenida Perú, todo Morales Duárez y Canta Callao, hostales, farmacias, restaurantes, fábricas, talleres y lubricentros deben pagar desde 50 a 2 mil soles por día, dependiendo del tamaño del negocio y del cálculo del extorsionador.

A Martín de San Martín de Porres se le están yendo los trabajadores. Entre venezolanos y peruanos que trabajan para él nadie quiere arriesgarse a que la siguiente bala o la siguiente granada les marque el final. Con menos mano de obra, en recesión y con un pedido de 30 mil soles de extorsión, no hay santo al que Martín le rece para no irse a la quiebra.

En el mundo el trabajo es progreso, pero en el Perú de hoy el trabajo es ser víctima de extorsión, del disparo o la explosión.