Línea 50 deja de operar en SJL por amenazas y extorsión

La Línea 50, empresa de transporte público que cubre la ruta entre San Juan de Lurigancho y el centro de Lima, suspendió sus operaciones ante el aumento de amenazas y extorsiones. En las últimas horas, sus unidades ya no han sido vistas circulando por vías como la avenida Abancay, parte habitual de su recorrido.

La decisión ha generado preocupación entre los usuarios habituales de esta ruta. Muchos pasajeros expresaron su temor de que más empresas se vean obligadas a dejar de operar, lo que afectaría directamente sus posibilidades de movilizarse y aumentaría los costos de transporte diario.

Usuarios denuncian inacción frente a la inseguridad

En declaraciones recogidas por medios locales, varios ciudadanos señalaron que las amenazas a los transportistas están dejando zonas enteras sin cobertura. “No tenemos cómo movilizarnos”, indicó una usuaria en plena avenida Abancay. “El Gobierno no hace nada y vivimos con miedo”, añadió otro testimonio.

Muchos pasajeros aseguraron que deben esperar hasta una hora sin éxito para encontrar transporte. Algunos de ellos pidieron que se tomen medidas urgentes contra los extorsionadores y que se garantice la continuidad del servicio.

Protesta en SJL exigió acciones frente a la inseguridad

El último sábado, choferes y cobradores de distintas empresas de transporte protestaron en San Juan de Lurigancho, bloqueando vías como las avenidas José Carlos Mariátegui y Fernando Wiesse. El motivo: exigir al Gobierno medidas efectivas frente a la ola de inseguridad que afecta gravemente a su sector.

Se trató del tercer día consecutivo de manifestaciones organizadas por el gremio, que denunció la falta de respuestas por parte de las autoridades. Los transportistas advirtieron que sus vidas y las de sus pasajeros están en riesgo por la acción de bandas criminales dedicadas a la extorsión.

La inseguridad impacta directamente el transporte público

La creciente ola de extorsiones en Lima está afectando severamente al transporte urbano, en especial en distritos como San Juan de Lurigancho, donde varias empresas han recibido amenazas. La retirada de unidades como las de la Línea 50 refleja el nivel de presión que viven diariamente los trabajadores del sector.

Usuarios y conductores coinciden en que la situación requiere una intervención urgente del Gobierno y de la Policía Nacional, antes de que se paralicen más rutas y el transporte público se vuelva insostenible en zonas de alta demanda.